Hubo una oleada de visitantes a la Ciudad Antigua de Dali. No fue nada extraño ver caras nuevas en la ciudad centrada en el turismo.Sin embargo, sí llamó la atención cuando todos ellos eran hombres altos y bien formados que vestían trajes y pantalones negros.La dueña de la tienda de juegos de té estaba particularmente interesada. "¿Estás buscando a alguien?"Ella agarró al azar a uno de los hombres altos en traje que pasaban apresuradamente junto a ella.De alguna manera, Dos se encontró retenido por una mujer que él no conocía."Estamos.""¿A quién estás buscando?"Dos no había querido decir nada, pero como alguien estaba preguntando, levantó su teléfono con una foto del bar. "¿La ha visto, señora?""Realmente no." La expresión de la dueña cambió ligeramente pero negó con su cabeza.Dos asintió. “Entonces le preguntaré a alguien más.”Ray estaba con Sean, frente a la Casa de huéspedes donde se alojaban Haydn y Mindy."Ya que la estamos buscando tan abiertamente, estoy seg

Esa calidez familiar, ese olor familiar, ese... ¡terror familiar asaltaron sus sentidos!Ella se estremeció de miedo y horror, y se reflejó en la forma en que sus ojos temblaban incluso cuando estaban cerrados con fuerza. Incluso sus labios temblaron cuando él los besó tiernamente.Sus temblores alcanzaron al hombre detrás de ella. Había dolor en los ojos de él, soledad, arrepentimiento… ¡De ahora en adelante, él nunca más quería decepcionar a esta mujer!Él nunca quiso hacerla sentir tan asustada de nuevo… Eso era completamente su culpa.Sus fuertes brazos la rodearon desde atrás, sosteniendo sus temblorosos hombros mientras ella estaba acostada en la silla. Sus labios se volvieron cada vez más suaves, pero había una fuerza que emanaba de esos brazos, como si no se detendría ante nada para proteger a la mujer en su abrazo.Sí, él sabía que ella estaba asustada... pero mientras ella no lo alejara, ¿cómo podría él no querer más de la forma en que ella sabía ahora?Los ojos de Jojo

Los ojos de Michael se volvieron fríos. "¿Soy hombre muerto? ¿Por qué lo dices?”“¿Porque toqué algo que tú querías?”"Ja, ja, ja, ja... lo sabía, no has cambiado en absoluto. ¡Han pasado tantos años, pero sigues siendo tan terco, testarudo y egoísta como siempre!"Cada palabra que él decía estaba llena de un frío interminable. El hombre al que miraba tenía un rostro muy parecido al suyo, con ojos de la misma forma, largos, estrechos y fríos. Ambos tenían cejas bellamente definidas y pupilas tan oscuras como la noche. Ambos... ¡se parecían tan familiares el uno al otro!Aun así, Michael miró al hombre frente a él como si fuera el pecado original. Si las palabras pudieran causar daño físico, quería despedazar a Sean Stewart, arrancarle su piel, halarle sus extremidades, sacarle sus ojos, verter plomo en sus oídos y cortarle su lengua.Para su sorpresa, Sean no se enojó en absoluto por esas palabras. Simplemente le dio a Michael una mirada genial. "¿Terco? Sí. ¿Testarudo? Sí. ¿Egoís

“Claro, adelante y llama a la policía. Solo somos una pareja discutiendo. A ver si a la policía le importa.” Enfurecido, miró fijamente a la mujer frente a él. Como no podían volver a como eran las cosas en el pasado, entonces él haría cualquier cosa solo para mantenerla a su lado. Él... solo quería verla todos los días. Con innumerables pensamientos corriendo por la mente de Sean, ni una sola vez se le había ocurrido que todo lo que quedaba en su corazón era un amor ganado de su insignificante súplica. Michael se puso de pie abruptamente y rápidamente agarró la ancha palma que sujetaba el brazo de la mujer. Empujó al hombre delante de él con fuerza. “¡Déjala ir! Eres muy egoísta, ¿Lo sabías? ¿No escuchaste lo que dijo? Jane no quiere ir contigo. Ella no quiere pasar su vida contigo. ¡Ella no quiere volver a verte nunca más! ¿Acaso hacerte la insensible es tu forma de hacer las cosas, poderoso Presidente Stewart? ¿Huh?” Sean fue tomado por sorpresa cuando fue empujado. Para sorpresa

“Jefa, ¿no es su apellido Stewart?” Jojo la persiguió y le preguntó con cautela. “¿Por qué la llaman Jane Dunn?” En la puerta de su habitación, la mujer se detuvo y miró a Jojo. Había miedo en los ojos de la niña. Ella buscó su mirada y se dio cuenta de que la niña había dejado a un lado la inocencia infantil que solía tener frente a ella. Ahora fue reemplazado por miedo. “Me tienes miedo, ¿no es así, Jojo?” La mujer hizo una pregunta en respuesta. En un silbido, el rostro inmaduro de la chica frente a ella se puso rojo como un tomate. La vergüenza en su rostro se notaba a simple vista. “No, Jefa ¿Cómo puedo tenerle miedo a usted? Es la mejor persona que existe, Jefa.” Una mano helada tocó el rostro de Jojo. La niña se estremeció y levantó los párpados con cuidado para robar una mirada a su jefa. Lo que encontró, sin embargo, fue un par de ojos envueltos en dolor, luciéndose profundos e indefensos. “Jefa…” “Jojo, hasta el día de hoy, todavía no sé cómo me llamo.” “Cuando nací, m