Capitulo 04

Narra Nicol Martínez

Salí de ese baño despavorida. 

Incrédula de lo que acababa de suceder. Aún siento el corazón palpitar en mi garganta. 

¿Qué rayos fue todo eso?

¡¡Es un maldito loco!!

Camino lentamente por el pasillo tratando de serenarme antes de entrar nuevamente al comedor. 

Ese chico me da miedo, siento que es capaz de hacer cualquier cosa para lograr su objetivo y la verdad no me interesa mientras no me perjudique.

Respiro hondo y tomo valor para enfrentar lo que queda de la noche... 

Pero al parecer Dios no me iluminó con los dotes de la actuación, porque no puedo disimular mí malestar.

— Nicol, ¿Todo bien? — pregunta mi padre.

— Si padre. Todo está bien. — respondo y tomo asiento en mi lugar. 

No pasan ni cinco minutos que él vuelve a ingresar a la sala y aunque no levanto la mirada siento la suya quemándome en la piel.

Esto es incómodo. 

¿Por qué es tan intenso?

— ¿Qué tal si pasamos a la sala? —menciona mi madre luego de un momento —. Aún hay algunas cuestiones que debemos conversar con los chicos.

— Me parece fantástico. Creo que llegó la hora de ir realmente a lo importante de este encuentro. — añade el señor Martínez

— ¿No me digan que hay más sorpresas está noche? — comenta con voz irónica Alejandro

— Es una noche cargada de sorpresas hijo. — las palabras de su padre me preocupan.

Ya he tenido una dosis extra en el baño de mí casa.

— Me lo imaginaba padre. No esperaba menos de ti.

Nos acomodamos en la amplia sala de estar mientras observo a Nana junto a otra chica del servicio que se dedican a servir café para nuestros invitados. 

Una vez estás se retiran mi madre toma la palabra... 

— Bueno... Como saben ya ambos... — nos da una mirada rápida —, esta noche firmaremos el contrato donde estipula la unión matrimonial entre ustedes dos por un año. — hace una pausa y luego continúa —. Pero hay algunos detalles que aún no se los hemos develado y que creo que es sumamente necesario hacerlo ahora.

Veo que la madre de Alejandro le susurra algo y seguidamente palmea su pierna dos veces como pidiéndole calma. 

Yo nunca tuve esa muestra de cariño... 

Ella me mira y sonríe de manera cálida.

Tengo envidia por un segundo 

— Bueno... — habla el señor Silva —, la unión contará con una ceremonia, que se llevará a cabo la semana próxima... Será una fiesta íntima en el Hotel que se encuentra...

— ¡No lo haré! — grita él de pronto —. ¡Estás loco si piensas que me casaré con ella y tras de eso soportar una ceremonia simulando ser el hombre más afortunado del mundo! Eso sí que no padre. — exclama prácticamente gritando.

— Es absolutamente necesario hijo. —le aclara su padre —. No queremos a la prensa especulando con la idea de un matrimonio falso y que eso tenga un impacto directo en nuestra compañía. ¿Qué pensarían nuestros socios?

— Es verdad — dice mi padre —. Eso no puede suceder. A nuestros inversores no les caería para nada bien la noticia. Sería un escándalo y las acciones se irían al subsuelo.

Siento que él es una bomba de tiempo, a punto de explotar. 

Yo soy incapaz de abrir la boca. Me siento pequeñita en la enorme sala. Siempre he sido insignificante pero en este momento se acentúa esa sensación.

— ¿Tú no dices nada? — pregunta y maldigo el momento en que lo miro a los ojos porque siento que me odia.

— Yo... Yo haré lo que sea necesario, ya te lo he dicho antes.

— ¡Por supuesto que sí! — se ríe con molestia — es tal cual me lo imaginé. Soy un tonto.

— Alejandro, mantén la calma... — le dice su madre —.  Aún hay algo más que ambos deben saber...

— Me imagino será la frutilla del postre... ¿No es así? — le responde él poniéndose de pie.

— Ambos deberán convivir por el tiempo que dure el contrato nupcial... — se escucha en la sala.

Y cuando volteo es mi madre la que ha largado la noticia que me deja totalmente en blanco... De repente no puedo respirar.

— ¿Qué? ¡Dime que esto es una jodida broma! ¿Todos ustedes están hablando en serio? — Grita su ira me eriza la piel.

Empiezo a escuchar las voces lejanas y a hiperventilar 

Sigo en blanco, no reacciono. No puedo creer lo que acaba de decir mi madre. No quiero vivir con ese monstruo. Me aterra la idea de tener que compartir mi vida con él.

No quiero... por favor, no.

— Nada de todo esto es broma joven Silva . — habla mi padre —. Todo esto es para sumar mayor credibilidad a este matrimonio tan repentino. Tú padre firmará el traspaso de la presidencia a tu nombre y confío plenamente en que sabrás cómo sacar adelante mi compañía y la suya, así ambas familias saldrán beneficiadas  y obviamente ustedes dos también. Tengo entendido que ambos tienen planes para cuando esto acabe.

— Así que por eso vivirán bajo el mismo techo, irán a eventos juntos y una o dos veces por mes saldrán a citas; se dejarán ver por la prensa  y darán alguna que otra entrevista. —m enciona mi madre.

Tengo ganas de gritar, de llorar y de salir huyendo de aquí. 

Siento mis tripas revolverse en mí interior y tengo que correr hacia al baño para no devolver lo poco que he comido en el medio de la sala.

Entierro la cabeza en el inodoro y despido todo lo que tenía en el estómago y más... Dejo correr el agua y me pongo de pie para ir al lavado y enjuagar mi boca para quitar el horrible sabor.

Me observo en el espejo y sin poder evitarlo lloro... Lloro por lo deprimente que es mi vida, por ser una m*****a cobarde, por no poder levantar la voz y luchar por lo que quiero.

Siento que tocan la puerta del baño de servicio y luego de secar un poco mí rostro al abrirla veo a mi Nana parada frente a mi. Sin pensarlo me arrojo a sus brazos, otra vez mis emociones me pueden y busco refugio en la única persona que se preocupa por mí en esta casa.

— Nicol. Lo he escuchado todo cariño. —me dice mientras soba mi espalda—. Shhh, mi niña, ya cálmate por favor.

— Nana, ¿por qué todo en mi vida es tan difícil? ¿Por qué es así?

— Mi niñs estás hecho para aguantar esto y mucho más, ya no llores. Dime qué te ha llevado a aceptar esa locura, Niki... ¿Qué hay detrás de todo esto?

— Ellos prometieron dejar que me vaya a París Nana. Tú sabes que ese es mí sueño ¿verdad? Sabes bien que quiero salir de esta casa de una buena vez.

— Claro que lo sé... ¿Pero realmente vale la pena el sacrificio? No me gusta ese chico. No me gusta que te utilicen así.

Quiero irme de aquí. Quiero empezar de nuevo, una nueva vida lejos de ellos haciendo lo que siempre soñé...

— El precio es demasiado alto mi niña... ¿Lo has pensado bien? — asiento mientras ella limpia mis lágrimas —. Ese chico se ve un tanto difícil y está haciendo un escándalo en la sala ahora mismo.

— Lo sé. Él no está de acuerdo con el contrato, imagínate ahora que se sumaron todas esas condiciones Nana, él debe estar furioso.

— No me gusta la idea de ese chico viviendo contigo Nicol. Tiene un carácter muy fuerte y está insultándote incluso a ti que no tienes nada que ver en las decisiones de los demás.

— Él piensa que yo estoy de acuerdo con este estúpido plan. Piensa que quiero beneficiar a mi padre en todo esto. Juro que no es así Nana, te lo juro.

— No me tienes que jurar nada. Yo te creo. tú no pue...

En ese momento mi madre abre la puerta y entra en el lugar.

— Con que aquí estabas... ¿Me quieres decir qué demonios te sucede? ¿Por qué desapareciste así?

— Yo debo volver a la cocina, con permiso. — Nana se retira del lugar  y me quedo sóla con mi madre en el cuarto de baño.

— Me sentí mal y tuve que abandonar el lugar, lo siento.

— Muy bien... Volvamos a la sala entonces, debemos firmar unos papeles. Anda vamos.

— Madre... ¿Por qué no me dijeron antes que tendría que convivir con él ? ¿Por qué no me dijeron que tendría que irme de aquí?

— Eso fue algo de último momento. — se excusa ella —. Como dijo tu padre todo influye en el porvenir de la compañía.

— me dice mientras se acomoda su cabello frente al espejo —. No queremos que todo esto que estamos haciendo no sirva para nada Nicol. Puertas afuera de esa casa serán un matrimonio hecho y derecho; ahora,  puertas adentro queda a su exclusivo criterio. 

— Madre... Prométeme que cuando esto acabe podré irme, prométemelo... —aunque no le tengo una pizca de confianza necesito escucharlo.

— Por supuesto que sí. — afirma ella —. Haz tu mejor esfuerzo y en un año y medio estarás en París viviendo la vida que tanto quieres... Ahora vamos. El hijo de los Silva ha salido volando de la casa. Es un niño malcriado. Deberían ponerlo en su lugar...

Salgo del baño detrás de ella hacía la sala y tal como dijo mi madre, él ya no está... 

Por un lado es un alivio, no quiero verlo.

— Nicol, ¿te encuentras bien? — asiento...

La señora Silva se me acerca y me mira detenidamente.

— No tengas miedo cariño, mi hijo es un tanto difícil pero no es mal chico. Ya se le pasará y confío en que ambos se llevarán bien.

— Créame señora, no hay nada que desee más, pero lo veo difícil. — confieso.

— Sé que se lograrán entender... Es un presentimiento que tengo aquí — apoya la mano en su corazón —, y  esta corazonada nunca me falla Nicol

— Ven hija, debes firmar aquí, toma. — mi padre me extiende una pluma y miro detenidamente su mano... 

Lo pienso durante unos segundos  y sin más tomo la pluma y me acerco al escritorio...

— Nicol .. —la señora Silva  vuelve a hablarme —. No tienes nada de qué preocuparte, yo estaré ahí para tí siempre que me necesites.

Nuevamente miro los documentos y sin pensarlo un segundo más dejo mi firma en aquellos papeles...

Firmando así, mi sentencia...

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