Capítulo 3. Perdiste este proyecto por ineptitud

La mujer, cuando vio a Benjamín suspiró de impotencia, apretó los puños a un lado de su cuerpo, mientras no dejaba de quejarse en su interior «¿Por qué no hace caso?  Si le dije que no viniera ¿Qué necesidad tiene de llevarme la contraria? ¿Acaso no le dije que se quedara en la casa? ¿Por qué siempre debe ir en contra de lo que uno le pide? ¡Es tan irritante! ¿Por qué le encanta estar haciendo el ridículo constantemente? ¿No se da cuenta de que me complica la vida? Todos me odian y me desprecian lo suficiente para que él agregue más brasa» Suspiró profundo y comenzó a caminar, cuando su acompañante le sostuvo por el brazo.

—Disculpe, señor Smith, espere un momento —pronunció la mujer caminando hacia donde estaba su esposo.

—Señorita Celedón, le recuerdo que tiene la presentación en diez minutos, es su única oportunidad de hacerlo, si no lo hace en ese tiempo, entonces su empresa perderá de celebrar contrato con nuestra filial y recuerde que firmar con nosotros, equivale a hacerlo con los Grey —señaló en tono amenazante el hombre.

—No se preocupe en menos de cinco minutos estaré con usted, luego de resolver un asunto personal —respondió con aparente tranquilidad, aunque por dentro estaba hirviendo del enojo.

El señor Smith siguió caminando molesto, al mismo tiempo que no dejaba de protestar y Ana Sofía caminaba hacia Benjamín, al llegar a su lado lo tomó del brazo y lo haló hacia uno de los salones desocupados.

—¿Por qué diablos te viniste si te dije claramente que no lo hicieras?  Te di indicación expresa de quedarte en la casa, Benjamín ¿No te cansas de meterme en problemas? ¿De hacer las cosas mal para dejarme en ridículo? —interrogó exasperada.

Extendió su vista con rabia, pero al ver la expresión de tristeza de Benjamín, suspiró con impotencia y en su pecho se encogió su corazón, temiendo estar siendo muy dura con él. Antes que ella pudiera hablar lo hizo él.

—Lo siento Ana Sofía, no hago las c-cosas por mal… yo solo q-quiero apoyarte. Sé el esfuerzo que le pones a todo, cuánto trabajas y cómo abusan de ti en tu familia y q-quiero ayudarte, créeme. Me preocupa todo lo q-que te pasa, porque yo te amo.

Ella sintió ternura ante sus palabras, él levantó su mano y la pasó con suavidad por sus mejillas, ella se sonrojó ante el contacto del hombre y se puso nerviosa.

—Mejor ve a la casa, no quiero que te quedes aquí, mis hermanos vendrán y te harán blanco de sus burlas —la mujer cargó al niño que le extendió los brazos con un sollozo—. No, mi pequeño, mamá, no puede quedarse contigo en este momento, ve con tu padre, él se encargará de cuidarte —se lo regresó al padre.

—Está bien Ana Sofía, me iré, no quiero causarte ninguna molestia… ¿A qué hora vas a llegar? Te tendré una cena lista para celebrar tu triunfo de hoy.

—No, no quiero que cocines, van a molestarte y a burlarse de ti cuando lo hagas… no quiero eso Benjamín… quisiera tanto que ellos te respetaran, por eso te digo, debes darte tu puesto, ser más cuidadoso y firme.  —aconsejó la mujer con una expresión atribulada.

—Sabes que no me importa, quiero cocinar para ti —insistió Benjamín.

—No, yo llevaré la cena, comeremos en nuestra habitación, te llevaré pollo a la broster con papas fritas que es tu comida preferida… no debes hacer nada, además, esta noche vamos a preparar un buen currículo, tú sabes de contabilidad, y eso es una ventaja, quizás podamos dar con un buen empleo para ti, no le digas a nadie que te echaron del trabajo… por favor. Ya me tengo que ir, se me hace muy tarde —dicho eso salió de prisa casi corriendo, de mejor ánimo, confiando en que las cosas mejorarían para ellos.

Benjamín salió de la sala donde hablaron y decidió regresar a la casa, sin embargo, sus planes cambiaron al escuchar dos hombres que venían entrando al edificio conversando.

—Hay que darnos prisa, la orden es inhabilitar de manera remota el equipo de la fea… borrar todos sus archivos cuando esté en plena presentación, de esa manera no va a poder salir bien parada de eso. —expresó el más joven.

—¿Y si nos descubren? ¿Sabes las consecuencias de sabotear a uno de los hijos de Genaro Celedón? Así sea la fea, después de todo son los dueños de la ciudad —respondió el otro con un tono de preocupación.

—No te preocupes, no hay peligro de que nos agarren y denuncien, si eso pasa, tenemos un padrino que no dejara que nos suceda nada —respondió el chico con tranquilidad.

—¿Por qué estás tan seguro? Ni que fuese un pedido de algún otro Celedón —cuando vio a su amigo asintiendo no podía creerlo—. ¿En serio es otro miembro de la familia Celedón quien te mandó a hacer este trabajo?

—Sí, uno de los hermanos, pero no podemos decir nada, si esto se sabe, nos va a ir muy mal.

—No sé cómo la gente millonaria puede ir en contra de su propia sangre, solo por dinero y poder ¿Dónde queda el amor de hermanos? —cuestionó el otro.

Benjamín, cuando empezó a escuchar sus primeros trazos de la conversación, se giró y comenzó a seguirlos los vio entrar en la puerta contigua al salón, por su parte él decidió entrar al salón de conferencias donde su esposa realizaría la presentación, aunque le prometió irse, no podía hacerlo ahora que había descubierto que querían hacerle daño y sabotear su exposición.

Entró y se sentó en la última fila, mientras se dirigía a su hijo.

—Alejandro, debes mantenerte en silencio, tenemos que ayudar a tu madre y si haces ruido se darán cuenta de nuestra presencia —el pequeño movió su cabeza de manera afirmativa como si hubiera entendido las palabras de su padre.

Se sentaron en silencio, y unos minutos después, Ana Sofía empezó a hacer la exposición, donde presentaba un proyecto de arquitectura ecológica.

—Mi propuesta es que todo el edificio sea construido con materiales completamente naturales, reciclables o reciclados, higroscópicos, no tóxicos y que generen poca huella ecológica, lo ideal es que pueda ser construido con material de la zona, para lograr el mínimo impacto ambiental. Les mostraré en una presentación donde les hice una simulación energética de edificios en 4D, desarrollado por GREBEN, el mejor simulador de proyecto del mundo, creado por las empresas Grey, en su capítulo arquitectónico, es el más idóneo porque permite combinar modelo 4D en tiempo real y revisar utilizando herramientas como mediciones, comentarios.

Enseguida el proyecto desarrollado empezó a transmitirse en la pantalla de manera satisfactoria, para segundos después aparecer una pantalla oscura con estrellas, para a continuación ver lanzar una especie de llamaradas y dejar de transmitir.

La gente empezó a murmurar, y el señor Smith se levantó.

—¿Qué pasó con su mega propuesta? —interrogó el hombre en un tono severo.

—No sé qué pasó, alguien debió manipular el proyecto, por favor espere un momento —articuló la mujer preocupada.

—Yo no puedo esperar, esto me demuestra que la empresa Celedón, no tiene personas competentes para realizar de manera satisfactoria el trabajo —pronunció el hombre sin ocultar su desagrado.

—Por favor, señor, deme cinco minutos para resolverlo —habló la mujer preocupada.

—Es que usted, aparte de fea, es bruta, no tiene la capacidad, quizás la sustancia no solo quemó su piel, sino también su cerebro —expuso el hombre con burla, ante esas palabras, Ana Sofía apretó las manos a un lado de su cuerpo, tenía unas inmensas ganas de llorar, pero se contuvo.

—Señor, se está pasando de la raya, no puede tratarme de esa manera —habló la chica con indignación, respirando profundo para evitar quebrarse.

Justo en ese momento apareció detrás de la mujer Benjamín, ella sintió los pasos y se giró, con una expresión de preocupación.

—Benjamín —pronunció su nombre con un suspiro y en tono de derrota—. Te dije que no entraras, que fueras a casa.

—Ana Sofía… yo puedo ayudarte, déjame hacerlo —mencionó él con seguridad.

Enseguida se acercó su hermano Montes y Horacio, ambos riéndose a carcajadas de ellos.

—¿En serio lo crees Ana Sofía? —preguntó Montes—¿Piensas que este idiota tendrá la capacidad de ayudarte? Cuando ni siquiera se sabe servir ni un plato de sopa sin derramarlo.

—Él puede ayudarte, es a como ser más inútil. Reconócelo Ana Sofía, perdiste este proyecto por tu ineptitud, mi papá no te lo va a perdonar, agradece que estamos nosotros para sacar la cara por la empresa de los Celedón. Señor Smith, por favor, denos diez minutos y nosotros con gusto le presentáremos una propuesta que no va a poder rechazar —mencionó con altivez, mirando despectivamente a Ana Sofía y a Benjamín.

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