Capítulo 5

Isabella.

Iba a medio camino con las lágrimas corriendo por mis mejillas cuando un auto se posiciono a mi lado avanzando a la misma velocidad de mis pasaos bajando la ventana.

Seguí caminando sin mirar hacia él por miedo a que quizás sea un miembro de la manada que quiere molestarme.

– Isi – escucho la voz de Christopher probando que me tense– isi sube al auto.

Sigo con mi camino agachando la cabeza ignorando lo que dice.

– ISI – grita al ver que lo ignoro – Joder.

Escucho como el auto se detiene y la puerta es abierta, intento caminar más rápido para alejarme de él, pero corre posicionándose frente mí.

– Isi vamos ya e.... – se detiene cuando siento su mirada fija en mi rostro.

Sus manos agarran mi mentón elevándolo, provocando que lo mire, su mandíbula se aprieta mientras mira hacia otro lado y vuelve a mirarme.

– ¿Qué sucedió? ¿quién fue?

Intento apartarme de su agarre, pero ahora sus dos manos agarran mis mejillas manteniéndome en mi lugar.

– ¿No me dirás nada? – consulta mientras sus pulgares limpian mis lagrimas – vi a Liam salir tras tuyo luego que saliste del comedor ¿fue él?

Niego con la cabeza, no puedo decir nada porque como él dijo después será peor.

Además, no sé de dónde proviene esta preocupación de su parte, si hace años que ni siquiera me dirigía la palabra.

– Vamos te llevare a tu casa.

Me da la espalda para comenzar a caminar hacia el auto, pero al ver que no me muevo de mi lugar vuelve a acercarse, levanta su mano en dirección a mi rostro y por inercia me encojo cubriéndome con mis manos.

– No por favor – sollozo nuevamente – no me golpees... yo... yo me subiré al auto.

A través de mis dedos puedo ver como se quedó congelado en su lugar viéndome con dolor.

– ¿Creías que .... creíste que iba a golpearte?

– Lo siento, Lo siento – digo rápidamente – solo quiero irme a mi casa.

Las lágrimas siguen cayendo por mis mejillas y puedo escuchar como un gruñido sale de la boca de Christopher haciéndome saltar en mi posición.

– Mírame – dice mientras agarra mis manos retirándolas de mi rostro – no te hare nada ¿sí? solo quiero llevarte a casa, queda bastante lejos a pie y ya está oscuro.

Lo observo por unos segundos y asiento, mientras más rápido acepte más rápido llegare a mi casa y más rápido se ira.

Deshago el agarre de sus manos con las mías y camino hacia su auto mirando mis pies, abro la puerta lentamente y me monto en el asiento cerrando la puerta.

Abrocho mi cinturón mientras el ingresa y se acomoda en su puesto mientras yo me pego lo más que puedo a la puerta.

– ¿Quieres colocar música?

Niego con la cabeza.

– Bueno, prendere la calefacción porque está helando y aun no obtienes a tu loba para mantener temperatura corporal y ese chalequito que traes puesto no debe ser muy abrigado.

Asiento sin despegar mi vista de la ventana viendo las casas pasar y desaparecer dando paso a los árboles del espeso bosque que rodea la ciudad.

A lo lejos puedo ver mi linda casa asomar entre los árboles y un sentimiento de alivio se empieza a posicionar en mi pecho, el auto se detiene frente a ella y agarro la manilla para bajar rápidamente y adentrarme en mi lugar seguro sin nadie que me maltrate, pero los planes se ven frustrados cuando Christopher agarra mi muñeca suavemente impidiendo que me baje.

– Espera – susurra acariciando con su pulgar mi piel – quiero que volvamos a ser como antes.

Mi seño se frunce y volteo a mirarlo.

– Se que quizás te cueste confiar en mí por todo lo que ha sucedido, pero de verdad quiero volver a pasar tiempo contigo.

– No creo que sea buena idea – informo mientras niego.

– ¿Por qué no?

– Seamos sinceros, desde que mencionaste que era hibrida y la gente me empezó a rechazar, nunca te gustó que te vean conmigo ¿Por qué el cambio repentino?

– Lo sé, sé que me aleje por lo que decían el resto y créeme que me arrepiento, sobre todo de no protegerte.

Baja su mirada hacia su agarre en mi muñeca y como su pulgar hace círculos sobre mi piel quedándose en silencio por unos segundos.

– Debería irme – informo rompiendo el silencio.

– Isi Piénsalo ¿sí? – vuelve a mirarme con un brillo que no logro descifrar en sus ojos – solo.... solo quiero volver a ser parte de tu vida.

Asiento sin saber que responder y bajo del auto rápidamente para adentrarme en mi hogar sin voltear a mirar de nuevo hacia él.

Una vez dentro un gran suspiro sale de mis labios cuando me recuesto contra la puerta de entrada y vuelvo a mi aspecto normal mientras escucho el ruido del auto alejarse. Subo hasta mi habitación, dejo mi bolso con el celular sobre la cama y saco la ropa de cambio de mi closet para darme un ducha y acostarme a dormir.

(....)

Nuevo día, nuevas posibles humillaciones.

Me encuentro camino hacia la sala de mi ultima clase del día, el cual la verdad ha ido mejor de lo que esperaba. Nadie me ha dicho nada, nadie me ha ni siquiera mirado y nada puede ser mejor que eso.

Pero igual no me confío.

Sigo caminando cabeza gacha y lo mas pegada a las paredes posible para no chocar con nadie.

Entro en mi salón y me siento en la ultima fila al lado de la ventana sin despegar mi vista de ella, pero un jadeo general hace que alce mi vista intentando averiguar por qué la impresión de todos.

Pero me arrepiento en el segundo que lo hago al encontrarme con un Liam con la cara magullada observando como entra en el aula.

Tanto su ceja como labio tienen un ligero corte y su pómulo izquierdo tiene una coloración purpura y como si el destino quisiera jugarme una mala pasada su mirada conecta con la mía provocando que mi corazón comience a latir desenfrenadamente cuando se detiene en seco.

Sus ojos destilan odio puro.

Detrás de él entra Christopher empujándolo con el hombro sin mirarlo y Liam suelta una sonrisa en mi dirección mientras camina hacia su lugar tomando asiento.

Un extraño sentimiento comienza a recorrer mi cuerpo mientras observo su espalda y las ganas de salir corriendo del salón para resguardarme en mi hogar son cada vez más grandes.

De reojo puedo ver como Christopher comienza a caminar en mi dirección, pero agacho mi mirada para que desista de esa idea y como si él universo me escuchara su andar es detenido por Brett.

– Chris quedan exactamente 15 días para tu cumpleaños – exclama con alegría – podrás distinguir a tu mate ¿crees que nosotros lo seamos?

Elevo un poco la vista observando como lo abraza por la cintura dejando un beso en su mandíbula y un sentimiento amargo de posiciona en mi pecho, involuntariamente aprieto mis puños y la confusión comienza a rondar por mi cabeza ante esta reacción.

Él me observa por unos segundos antes de volver su vista hacia Brett y le sonríe.

– No lo sé, supongo que lo sabremos en 15 días.

– Esperemos que sí, creo que sería una gran Luna.

Ruedo mis ojos al escucharla y vuelvo mi vista hacia la ventana.

– Si.... Bueno, ya veremos.

– Claro que sí – exclama feliz – siéntate conmigo.

En eso el profesor ingresa en la sala saludando a todos y comienza con las clases. Luego de una hora da por finalizada la clase luego de enviarnos un trabajo para la casa y se retira del salón al igual que todos.

Guardo mis cosas lentamente en mi bolso esperando que el salón quede vacío para poder retirarme y evitar cualquier tipo de abuso, me levanto confiada para poder al fin llegar a mi hogar, pero aquel sentimiento de peligro vuelve a hacerse presente.

Camino hacia la puerta mirando mis zapatos, pero me detengo en seco cuando en mi campo de visión aparecen otros zapatos. Elevo la vista lentamente y me encuentro con Liam apoyado con su espalda en la puerta cerrada impidiendo mi paso.

Mis palmas comienzan a sudar y el miedo comienza a calar por mis poros.

– Sabes – comienza a hablar – creo que no te quedo claro cuando te dije que no dijeras nada sobre lo que te hacíamos porque te iría mal.

Mi corazón late precipitadamente y los recuerdos de Christopher preguntándome si él me había hecho impactan en mi memoria.

– No imaginas la sorpresa que tuve cuando Christopher apareció en mi casa ayer en la noche luego de la cena y comenzó a golpearme exigiendo que te dejara en paz.

Niego con mi cabeza sintiendo como mis ojos se llenan de lagrimas al momento que el da un paso en mi dirección, por instinto intento retroceder, pero una de sus manos se cuela por mi cuello afirmándome fuertemente por la nuca acercándome hacia su rostro.

– Así que.... que tal si igualamos la situación para darte una lección y así aprender a mantener la boca cerrada.

– No, no, por favor – sollozo temblando – él.... él me pregunto.... pero yo... yo no le dije nada.

– Mhhh.... – susurra mientras acaricia mi rostro con una sonrisa – entonces sera una leccion para que aprendas a mentir mejor.

Vuelvo a negar mientras las lagrimas descienden por mis mejillas y antes que pueda responder algo su puño impacta con mi rostro mandándome al suelo.

El dolor comienza a hacerse presente por todo mi cuerpo al igual que el sabor metálico en mi boca al recibir constantemente sus golpes, golpes que la cabo de un tiempos se convierten en patadas que intento lo más que puedo esquivar.

Mis cotillas duelen, mi estomago duele, mi rostro duele e intento contener el sollozo lo mas que puedo para no llamar la atención de nadie.

– Creo que ha sido suficiente – dice con la respiración agitada agarrándome del pelo elevando mi rostro – espero que desde ahora mantengas tu asquerosa boca cerrada, porque para la otra te mato.

Me suelta provocando que adopte una posición fetal en el suelo mientras pequeños hipos salen de mi pecho por el llanto, él camina hacia la puerta saliendo del salón sin mirar atrás dejándome golpeada, sangrando y llorando tirada en el suelo luego de su brutal golpiza.

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