Capitulo 7 Lobo Sabio

—De verdad era un chico demasiado guapo Sher…

—Eve por favor, nosotras no estamos para chicos.

—Claro que sí, ¿acaso no quieres casarte? ¿Tener hijos? ¿Formar familia con un buen hombre?

—Por supuesto que sí, pero ahora no tenemos  tiempo para eso, no con tantos problemas.

—Lo que pasa es que no has conocido al chico correcto, pero cuando eso pase ya verás de lo que hablo.

Era cómico, hablaba como si tuviera mucha experiencia en el amor. Ella podía decirle algunas cosas acerca del amor y la realidad es que era demasiado doloroso, lastimaba como nunca. Simplemente había conocido un chico en el parque que flirteaba con ella y ya por eso se creía que el amor era hermoso.

Nunca había experimentado el amor de verdad, sus propios padres jamás se lo dieron cuando era una pequeña, solo sufrimiento ¿Qué podía esperar de un extraño?

—Debes relajarte Eve, solo era un chico no te vas a casar con él.

—El parecía muy interesado en mí. Le dijo alzando la ceja.

Casi llegaban a la casa, como todas las noches cruzaban los dedos para que no hubiera nadie, ni siquiera su padre. Al siguiente día tenían colegio pero ella ya no asistiría más. Aun no se lo había mencionado a su hermana pero dejaría la escuela, ya en dos días cuando mucho tenían que salir de allí.

—Ya deja de hablar babosadas, casi llegamos a casa.

—Esa ya no es nuestra casa.

—Bueno, sea lo que sea.

Entraron y estaba en completo silencio, al parecer su padre no estaba. Era un alivio, subieron directo hasta la habitación encerrándose en ella. No tenía caso revisar la cocina porque no hallarían nada.

—Tengo hambre Sher.

—Demos gracias a Lancer que hoy también me regalo comida. Le dijo sonriendo mostrándole las bandejas.

—Ese viejo es un amor. Recuérdame decirle que lo amo.

—Seguro. Le responde la chica metiéndose un trozo de pizza en la boca.

Las chicas comieron tranquilamente mientras conversaban alegremente, muy pocas veces podían hacerlo. Cuando la casa estaba vacía se sentían un poco segura. Su hermana seguía platicando del chico que había conocido, y la verdad no tenía interés en saber nada, pero así era ella...

Mientras tanto en las montañas, a varios kilómetros de Seattle.

—Vamos hombre, la fiesta seguro que estará buenísima.

—JB te he dicho que no me interesa, tengo mejores cosas que hacer.

—¿Cómo qué?

—Soy el hijo del alfa ¿recuerdas? Mi padre estará fuera por algunos días, tengo que hacerme cargo de algunas cosas.

—De acuerdo, no digo más. Es increíble que me dejes ir solo hermano. Dijo decepcionado mientras caminaban de regreso a casa.

—¿A dónde piensan ir ustedes dos?

Los jóvenes voltearon para ver a una chica muy menuda, de estatura promedio, cabello negro, sus ojos eran como los de un gato, su cuerpo estaba bien formado para tener apenas cien años. Iba vestida con el uniforme del colegio, una falda marrón de pliegues gruesos dejando al descubierto gran parte de sus piernas, en conjunto con una camisa blanca tres cuartos. La falda tenía unos tirantes de cruzaban por su camisa, mientras que usaba zapatos negros con tacón bajo, medias blancas altas.

—Hola hermanita. Dijo Ethan iluminándose el rostro, su hermana era muy parecida a él, por lo que era muy celoso.

Ella se acercó a él corriendo, para abrazarlo como si nunca se hubieran visto.

—Hola tonto.

—¿Qué haces aquí pequeña?

—Sé que esta es la ruta que siempre tomas así que decidí encontrarte para regresar juntos a casa, ¡ah, hola JB!

Le dijo al joven sin muchos ánimos, con tanta indiferencia que Ethan se sorprendió.

—Que tal Megan. Ella ni lo miro, solo tenía ojos para su hermano.

—Bueno ya que estas aquí vamos a casa.

—¿Piensas salir esta noche? Papá no está en casa

—A ningún lado, me quedare contigo.

Los hermanos vivían con su padre el alfa, su madre había sido brutalmente asesinada por los lobos salvajes cuando tomo un atajo al regresar a casa, estaba sola, era una loba fuerte pero habían sido muchos lobos la que la atacaron.

Para cuando la encontraron aún seguía con vida, la matriarca hizo todo lo posible por salvarla pero no paso la noche. Desde entonces nunca dejaba a Megan andar sola por el bosque, sabía que apenas llevaba un año de que se había transformado. Le había dicho que su loba se llamaba Clara y que era muy fuerte y valiente. Pero no se confiaba, apenas era una cachorra, una presa fácil.

—Me alegra oír eso, tienes responsabilidades, no es para que estés saliendo de fiestas. Dijo mirando de reojo a JB.

—Tranquila. Le dijo su hermano abrazándola por los hombros mientras reía.

—Creo que me iré a casa Ethan.

—¿Por qué? Dijiste que estarías en casa un rato.

—Hmm… Miro un momento a Megan que lo miraba con odio—Mejor nos vemos mañana.

—Si Ethan, no ves que tiene prisas por salir corriendo a su fiesta. Exclamo Megan con sarcasmo.

—¡Como quieras! Ambos se dieron la mano, Ethan observo como se marchaba JB convirtiéndose en lobo y desapareciendo por un camino que lo conducía a su casa.

Ellos vivían un poco lejos, pero a la vez no tanto como para que se transformara. Cualquier lobo lo hacía cuando estaba en peligro, cuando necesitaban llegar rápido algún lugar, cuando el estrés es muy grande y necesitan botar toda esa energía, o, era graciosa esta parte pero, muchas veces lo hacían para lucirse delante de una chica, demostrar su poder como un macho. Miro a su hermana que también estaba viendo en la misma dirección.

—Debes dejar de molestar a JB.

—Lo siento sí, pero me parece una persona muy irresponsable.

—Es joven aún.

—Ustedes dos tienen la misma edad, y tú ya eres mucho más maduro. Además es el hijo del Beta ¿porque no se comporta como tal? Dijo haciendo un puchero.

—Es su forma de ser, en algún momento tomara las riendas.

Él no podía decir mucho, ya que también hacia cosas muy imprudentes que no eran dignas de un futuro alfa. Como bajar sin permiso al pueblo, e interactuar con los humanos ordinarios.

—Pues ya debería ir pensando hacerlo, en un par de años ambos tomaran los trabajos de los líderes. No podemos depender de un Beta fiestero.

—Si,, tienes razón, descuida, él ya sabe cuál es su deber. Por eso disfruta ahora que puede.

—¿Por qué lo defiendes tanto?

—¿Por qué lo odias tanto? Sabes que es mi mejor amigo.

—Eso no tiene nada que ver.

Su hermana podía llegar a ser muy malcriada cuando se lo proponía, siempre estaba metiéndose con JB, bueno de hecho desde que se transformó lo molestaba aún mas ¿acaso a ella gustaba de él?

Era muy normal que pasara además, él era el hijo de un Beta era más que posible. Pero si fuera el caso ya se lo hubiera dicho ya que ella le contaba todo lo referente a su vida. Lo único que no le había dicho era si había encontrado a su mate, ya tenía mucho tiempo quizás era JB y no ha querido decirle porque eran amigos.

—Oye, ¿aún no has encontrado a tu mate?

—¿Qué pregunta es esa?

—No me respondas con otra pregunta.

—Eso no es tu problema.

—Pensé que me decías todo de tu vida.

—Ya vez que no todo.

Subió corriendo al piso superior con pasos fuertes, era muy obstinada, se parecía a su madre.

—“Déjala en paz”. Le dijo su lobo.

—“Es mi hermana me preocupo”.

—“Te recuerdo que también es la mía, pero no por ello hay que abrumarla”.

—“¿No te parece raro que odie a JB?”.

—“Si pero recuerda que él es un tanto irresponsable, Megan solo quiere que seas un buen líder para la manada”.

—“Lo sé, yo también quiero serlo”.

Dom era el nombre de su lobo uno muy sabio, y todo aquello se debía a que este le había confesado que él era el lobo de uno de sus ancestros. Un gran guerrero y buen alfa, lo había elegido a él porque vio un gran valor en su corazón no le temía a nada y que estaría dispuesto a dar la vida por su manada.

—“Y lo serás Ethan, solo debes seguir tus instintos”.

—“Eso intento pero, para lo que deseo no ha funcionado”.

—“Pero dará buenos resultados”.

Su lobo era totalmente color negro azabache, era fuerte, astuto y siempre lo guiaba por el camino correcto. Ambos conectaron al momento de su transformación, para cuando este le confeso la verdad le hizo prometer que no se lo contaría a nadie, incluyendo su nombre. Y así lo había hecho por todos esos años.

Una vez en casa, detrás del sofá de su padre dentro del despacho el que pronto seria suyo. Hojeaba unos documentos que trataban de la unión de la manada Luna Azul y la manada Lobos Blancos.

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