Capítulo 2

Se sentía cómodo y suave, era completamente exquisito. Hace tiempo que no dormía en algo tan cómodo ¿Estaba en casa? No, no yo me había ido, me había escapado. Dónde demonios estaba, abrí los ojos rápidamente entre cerre los ojos para adaptarme a la luminosidad de la habitación, me senté en la punta de cama detallando la habitación, paredes oscuras, muebles de manera un pequeño sillón al frente de la cama y una silla en la esquina llena de ropa y una puerta a mí lado izquierdo, que me imagino que es el baño; un olor peculiar tabaco con un toque de menta.

Busco con la mirada mi bolsa, está tirada junto a la silla. Me levanto notando que no traigo mi ropa, mis piernas desnudas con una camisa que entrarían dos yo holgada que cae hasta la mitad de mis muslos. Genial. Un extraño me había desnudado.

Genial estupendo, no salgo de una para meterme en otro.

La puerta es abierta, jamás había visto un hombre tan importante, solo su presencia es poderosa y intimidante. Entonces algo llamó mi atención el chaleco, maldición era un motero. Retrocedí, tenía que hallar la forma de largarme de aquí.

— ¡Maldición! Te ves caliente— su voz hizo estremecer, era ronca y fuerte; sumamente sexy—.  Aunque me imagino que sin ropa y en mi cama te verás como una puta Ninfa.

Abro la boca ligeramente, estos hombres y su boca sucia. 

— ¿Dónde estoy?¿Quién es usted? 

— Esa pregunta debería hacerla yo, estás en mi casa y en mi cama— dice simplemente como si estuviera acostumbrado—,  así que espero que empieces hablar.

Se quita el chaleco, lo tira en la silla y también su camisa dándome una excelente vista de su cuerpo espalda cuadrada, brazos tonificados y un six pack. Está para comérselo. 

—Ey nena mis ojos están aquí— se ríe, avergonzada levantó la mirada encontrado con el azul de su mirada, siento mis mejillas arder de la vergüenza.

—Soy Lena, podrías ponerte algo encima—, sugiero no es que sea una mojigata pero este hombre si sabe cómo tener prestando atención a otras partes de su cuerpo. Pero me sentía en desventaja, no sabía dónde estaba y había un hombre casi desnudo en la habitación.

Baja su mano y empieza a desabrochar su jean.

Será gillipolla.

Me volteo dándole privacidad, aquí no tienen ningún tipo de pudor.

—¿Y tú?— preguntó tímida sintiéndome fuera de lugar, se que pertenece a un Clud, solo espero que estos no sean igual que el de Pill. Aunque la serpiente con la daga en su pecho me hace pensar que sea otro MC, hay muchos por esta zona. Son como ratas, trayendo caos.

— Podría negarme a responder eso, sin embargo, hoy estoy de buen humor; Mi nombre es Miguel pero muchos me llaman Wolf.

¿Lobo? Lo menos que son en estas pandillas son solitarios, son como una manada. Atacas a uno y te metes con otro.

Mi estómago suena, maldigo en silencio solo a mí y al pato Lucas. 

— Venga vamos a comer, yo también muero de hambre.

Pasa su brazos por mi hombro, camina fuera de la habitación arrastrándome con él. Casi muero de la vergüenza cuando vi parejas teniendo sexo en las escaleras, y mujeres sin casi ropa. Esto podría pasar por un Clud de strippers ¿Y si me obligaban a esto?¡Dios mío! No había huido de Susana y Pill para caer en lo mismo. 

—¡Maldición! Oye preciosa, calma.  Aquí no te pasará nada, mis hermanos aman mucho sus pollas como para arriesgarse¿Sí? Además las violaciones en mi club no están permitidas no nos va esa mierda y si atrapamos a uno le va muy mal. No  quieres saber de eso.

Se detuvo al notar que no lo seguía, parada en medio del pasillo. No entendía, cómo ha estas mujeres les gusta... ¡Que horror! Negué, apenas tuviera la primera oportunidad me iría, no sería parte de un Clud de salvajes, delicuentes y sin fin de cosas.

— Aquí no juzgamos, no somos quién. No quiero oír decirte mierda, te salvamos de morir en la carretera malditamente comportarte y agradece eso.— digo de forma firme, su expresión no deja a debatir, asentí entendiendo.

Era lo menos que podía hacer, eso sería sencillo. Solo tenía que respirar y relajarme.

— Vamos, muero de hambre.

Entramos a una cocina espaciosa, más bien parecía un comedor público, me escondí detrás del cuerpo de Miguel. Estos tipos eran grandes en el sentido general de la palabra, vestían sus colores. No era lindos, aunque en algunos se podría apreciarse una belleza tosca en sus rasgos.  Puedo decir que me siento diminuta a su lado, Miguel me lleva dos cabezas y en estos momentos lo agradezco su cabeza tapa lo suficiente de mis piernas.

Me vuelvo el centro de atención, es incomodo, odio sentir sus miradas sobre mí. Siempre lo he aborrecido.

— Así que esta es la puta de la que hablaba Jhon, exagero a decir que era hermosa— se burla la rubia, mofándose de mí.

¡ Respira Lena, tu ni eres la que está medio desnuda en medio de tantos hombres! Además no nos podemos meter en problemas. 

— Deberían es dejar de hablar mierda, y acuérdate que aquí eres un culo y si no quieres terminar con tu culo en la calle es mejor que guardes tu opinión para ti, Leah.

Trago saliva fuertemente si así con las personas que trata diariamente, no quiero ni imaginar con los que apenas conoce. 

— Igonorala, vamos a comer.

—claro.

—Sientate.

Me senté, apoye los codos de la mesa. Y como una acosadora seguí cada uno de sus movimientos, la manera en que los músculos de su espalda se tensaban, su torso está lleno de tatuajes, no era fan de ellos pero en él quedaban magníficos. Aunque a decir a veces podría llegar a ser muy sexista.

— Puedo regalarte una foto mejor.

Podría apostar que tenía una sonrisa burlona en su cara, mantén tus pensamientos para ti Lena, eso debo hacer. Mis mejillas se tiñeron de color, de enfado y vergüenza todo el mundo parecía no tener ninguna conversación interesante, ya que todo estaba en absoluto silencio. 

—No gracias, solo tengo curiosidad.

Aunque por mí no me negaba, aunque no lo iba aceptar.

—¿De qué? 

— Tus tatuajes.

—Tengo muchos, aquí está tu desayuno come.

Levanté mi ceja, el acaba de ¿Ordenarme? Suspiré, definitivamente la paciencia no era y nunca sería lo mío.

— El loto de la espalda con la serpiente debajo, se el significado de la flor... Pero no entiendo a qué se une al reptil. 

Empiezo a comer el rico tocino con los huevos revueltos, el tipo desayuno americano. Toma asiento a mi lado, acerca su cabeza a la altura de la mía, nuestros alimentos se mezclan puedo sentir el calor que emana su cuerpo, y ese delicioso olor a menta. 

—Uhmm, asuntos del Club.

—Gracias por el desayuno.

—No agradezcas, estamos para ayudar.

Ahora era el momento para irme, tenía suficiente en mi estómago para seguir mi camino.

—Ahora yo tengo....

Entró un tipo exaltado, y todo el ambiente se volvió tenso. 

—Prez, es urgente, convoque, necesitamos hablar.

—¡Iglesia, ahora!— grito Miguel.

De un momento a otro la cocina quedó vacía de población masculina, ¿Iglesia? Irían a una iglesia. Podía ser prejuciosa pero dudaba que estos hombres fueran a una.

El ojiazul se ríe de mí desconcierto, será idiota. 

—No te irás hasta que hablemos, ¿okey?

Ruedo mis ojos. Cuando estoy apunto de protestar, coloca un dedo sobre mis labios. Asiento dándome por vencida, hago un puchero. 

—Y se te escapas, iré tras de ti. Además, no tienes a donde ir nena.

Aseguró, me encogí de hombres restándole importante, terminaría aquí recogería mi ropa y me largaria.

Sale de la cocina no sin darme una última advertencia, termino de comer mi comida. Sintiendo un aire nostálgico cuando papá cocinaba, los huevos con tocino era lo único comestible que al pobre le salía del resto si no querías morir comiendo, era un asco en la cocina. Solo tenía diez cuando murió, el era nuestro salvavidas, nuestro ancla.

Al principio pensé que Pill sería como un padre, mis amigas tenían padrastros y decían que las querían al igual que sus papás en el caso de algunas, fui una ilusa al pensar eso, fue como el diablo encarnado viviendo en mi casa. Vi cosas que una niña a mi edad no tenía que saber, me perturbaron, me robaron la inocencia. Y a Susana no le importa. Solo pensaba en ella y su dolor. O eso decía como excusa unos años después, todo era un asco. Pero eso me hizo fuerte, aprendí cosas, madure antes de tiempo tal vez no haya sido lo adecuado pero me enfrente al mundo a mí manera; luche y muchas veces caí, era como una pesadilla hecha realidad.

—¿ Estás bien?—pregunto alguien a mí costado exaltandome, coloque mi mano en el pecho, mi corazón latía fuertemente. 

—Si, solo... Olvidalo— dije limpiando las lágrimas que corrían por mis mejillas. Me concentre en la chica a mí lado, no se parecía a estas mujeres, su uniforme de ositos la hacía ver adorable—.¿Cómo te llamás? 

— Creo que esa pregunta debería hacerla yo, estás en mi Club, comiendo en mi cocina.

Me atragante con la saliva, pequeña pero peligrosa. Soltó una carcajada que hizo que mi cuerpo se relajará. 

—Yo lo siento...

— Jajaja... Dios moría por hacer eso, ya veo que si funciona— dice riendo fuertemente, doblándose sobre su estómago—, ahora se porque mi hermano lo utiliza. Un gusto soy Emma.

Sonríe, extiende su mano y la acepto. Es una hermosa castaña un poco más alta que yo, cabello largo hasta la cintura, piel trigueña y sus ojos un verde intenso.

—Un gusto soy Lena.

No sabía cuánto tiempo habíamos pasado charlando, pero saber un poco a través de ella del Club fue tranquilizante. Y lo que el motero me había dicho era cierto, eso me hizo sentir más tranquila, pero no agusto.  Mientras me contaba por las cosas que había pasado, me sentí conecta en algunos cosas, vivir así no era fácil, sin embargo, Emma lo hacía ver fácil, es una chica fuerte, capaz de dar todo por los suyos y está era su familia. Y se notaba el amor por la personas acá que conocía, como me dijo no era una familia de sangre, si no una familia por elección. También conocí a ese tal Jhon, es un hombre silencioso pero esalofriante, su voz era gruesa y severa.  Solo me dirijo la palabra una ves para decirme que me callara, excelente. 

Amaba los retos y el era uno. Casi me pegue mentalmente por lo que pensé, no podía quedarme aquí.

Aunque lo que mayor ruido que hacía era gruñir cada vez que Emma me hablaba del Club, es una chica muy parlanchina y alegré hasta creo que demasiado. Y descubrir que Miguel es el Prez( presidente), el ojiazul de esta mañana resultó ser su hermano. 

Cuando Miguel entró en la cocina sentí mi corazón latir fuertemente, ese hombre sin duda sabía su poder sobre el sexo femenino, es un promiscuo. 

—Veo que ya se conocen— dice cálidamente, situándose detrás de mí. Tiene esa presencia peligrosa y sexy hace mantener mi cuerpo en tensión—. Espero que hayas tratado bien a la visita.

La forma en cómo suena mi nombre en sus labios es delicada, suave. 

—Si, Emma a sido muy amable—, mencionó inclinó un poco mi cabeza para verlo fijamente, hago un puchero—, aunque me gustaría más que tener una camisa encima y unos pequeños short.

Suelta una pequeña maldición.

—Claro, ven vamos a buscar tu ropa ya debe haber secado. Y tú hermanita deja de decir cosa que no debes.

Muerdo mis labios intentando contener la sonrisa, Emma se mofa y le enseña su dedo medio, riendo sale de cocina, diciendo un montón de cosas vergonzosas de Miguelito, como ella le llama y grita por último: 

— Y tu deja de ser tan promiscuo, tal vez ha llegado la indicada.

El ambiente se vuelve tenso por mi parte, pero hay algo que cruza su mirada rápidamente como alivió a la reacción de Emma, como si estuvieran conectados; llegó a pensar que es por mi cuando su mirada se encuentra con la mia, dicen que los ojos son la base del Alma y en ese momento vi sentimientos que me hicieron sentir cosas, me sonrió como si fuera única y colocó un mechón de cabello detrás de mí oreja el rose de su piel con la mia fue ardiente, despertando sensaciones en mi que no debía.

—¿Podemos ir por mi ropa?—pregunte tímida. 

Pasó su brazo por mis hombros, y rodeo con mi brazo su cintura y apoyo mi cabeza en su pecho, y se sintió también. Y no lo estaba, no podría quedarme aquí, este no era mi mundo.

Pero... El se había preocupado por mi, me había rescatado de morir congelada. Tal vez había juzgado mal, tal vez él fuera diferente.

Me sentí protegida.

Y su mirada, me transmitía ese sentimiento de tranquilidad. Pero sabía que los hombres como el no se enamoran, pero haría que se enamorara de mi.

😱Ya que una chica me preguntó solo paso a decirles que estoy leyendo y corrigiendo pequeños errores, más solo eso no está en edición.

😱🤭Eso lo haré dentro de algunos meses.

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