~Capítulo 02~ Como duelen mis pelotas

Tan solo observo a mi esposa desnudarse ante mí, la fiesta que hizo mi abuela estuvo como cada año, aburrida. Mí día ha sido bastante pesado y para completar me topé con una mujer muy impertinente, a veces me preguntó de dónde mi prima Luna saca sus amistades.

Suelto el nudo de mi corbata y la lanzó lejos, quito mi saco, mi camisa, zapatos y mis calcetines, mi esposa está de pies esperando por mí, yo me levanto y voy hacia ella con ansias de hacerla mía, quito el cinturón de mi pantalón y tomo su rostro con delicadeza, acerco poco a poco mis labios a los de ella devorando con pasión.

Cuando conocí a Isadora me enamore perdidamente de ella, tan solo tenía 16 años, era un joven adolescente que quedó encantado con la belleza que ella desprendía, cuatros años más tarde ya me había casado, teníamos 20 años cuando nos unimos en matrimonio, una ceremonia donde nos juramos amor, respeto y ser fiel hasta el final de nuestros de días, pero... ¿Creen que yo he cumplido esa promesa? Honestamente si, en nuestros 18 años de matrimonio jamás he sido infiel, amo a mi mujer aunque últimamente ya no estemos tan unidos como antes, pero igual la sigo amando.

Siempre he sólido ser un hombre "tiernito" como dice mi hermano, aunque dentro de mí yace el otro ser que solo sale a luz cuando estoy molesto.

Mi esposa me dio la luz de mis ojos que es mi hija Tamara, por ella vivo y muero, mi pequeña de seis años es quien ilumina mis días cada mañana cuando me sonríe.

Por el momento soy el presidente de la empresa que tiene la familia, un Viñedo enorme, mi hermano y yo somos los que la dirigimos, mis abuelos tomaron la decisión de que fuésemos nosotros dos quienes gobernaran y tomáramos el control,  soy de nacionalidad Estadounidense, pero fui criado la mayor parte de mi vida junto a mi hermano en Londres, nuestros padres murieron "accidentalmente" por así decirlo en un accidente de tránsito, fallecieron cuando nosotros cumplimos la mayoría de edad, a los 24 años regresamos aquí para cumplir el propósito de mi abuelo que era estar al frente de su imperio.

Separo mis labios de los de Isadora y la observo un momento preguntándome si de verdad somos el uno para el otro, aunque la ame ya nuestra relación no es la misma, los conflictos entre ambos empeoran.

Me le quedo observando fijo, en ese instante a mi mente viene una imagen no esperada, la amiga de mi prima es quien se apodera de mi mente, cierro mis ojos y desvío la mirada ante aquel recuerdo, intento centrarme en Isadora quien espera ansiosa por mí, alzo a mi esposa y empiezo nuevamente el beso pasional, una vez más la imagen vuelve a mi encendiendo algo entre mis piernas, por alguna estúpida razón me dejo llevar sin esperar lo que pueda pasar.

Al cabo de un rato después de terminar de hacerle el amor me alejo, ella suspira y voltea verme.

— ¡Vaya! — Expresa — Estuviste intenso en el último momento mi amor — me bajo de la cama exhausto — deberíamos tener más encuentros como este — se siente en la orilla de la cama y me sonríe, tan solo le doy la espalda y entro al baño para tomar una ducha fría y calmar a mi cuerpo.

“¿Que fue eso? Como pude tener un orgasmo con la imagen de otra persona, y lo peor, de alguien a quien odio desde hace pocas horas"

No sé qué fue lo que pasó, solo pensé en esa tal... Ya ni recuerdo su nombre, aunque nunca lo supe.

El agua fría cae sobre mí cuerpo relajándolo un poco, ha sido tanto el estrés de hoy que solo me provoca ir a la cocina por un trago, quizás hasta mi hermano se encuentre ahí tomando.

Enjabono todo mi cuerpo y unas manos extras me ayudan, me giro quedando de frente a mi mujer; sujeto sus manos y las alejo de mí, mi acto no le ha parecido apropiado y no la culpo, he sido un idiota. Salgo dejándola a ella sola y confundida por mi actitud, pero tampoco me quedaré a explicarle mi cambio.

Me visto con un mono y una franela, salgo de la habitación y bajo las escaleras con rapidez, entro a la cocina encontrándome con quién sabía que estaría aquí, mi hermano me sonríe y me invita una copa.

—Te hallaba preso — dice con sarcasmo.

—Vine por un trago — me extiende un vaso y me sirve en él.

— ¿Discutieron? — tomo asiento y bebo de mi trago.

—Solo he tenido un día agitado, y ya lo debes de saber — él da un trago a su vaso.

—Sí, lo sé muy bien, y porque no los dejaste a todos claro, más a esa mujer que trataste mal — lo veo de reojo, yo no la trate mal, ella me provocó desde el inicio.

—Ella fue quien me trató mal, no sabe mantener su lengua tranquila — aun no entiendo cómo pude tener un orgasmo y tan placentero gracias a su imagen, es que no me cabe en cabeza lo que hice.

— A mí me pareció dulce, con carácter pero dulce — doy otro trago pero esta vez me tomo todo el vaso — ¿Que te incomoda? — suspiro, no voy a contarle lo que paso, Sebas luego no me dejaría en paz.

—Nada, es que me cuesta creer que alguien intentara sabotear nuestros planes de ahorita ¿Quién nos quiere ver mal Sebastián? Les pagamos bien a todos, los tenemos cómodos, les damos todo y ¿Así nos pagan? — me vuelve a servir otro trago.

—No te preocupes por eso hermano, te dije que me encargaré de averiguarlo, puede que la competencia tenga a unos de los suyos dentro de nuestro territorio — es posible que eso sea, pero aun así ¿cómo pudo pasar? Casi estropean nuestros planes y si eso pasa la pérdida es horrible.

—Por poco perdemos todo, por un momento vi que la empresa se vino abajo — da un apretón en mi hombro con su mano.

—Nada pasará Tayler, somos un equipo y para destruirnos tendrán que hacer más que eso — me tomo mi trago — ¿Has averiguado algo de Isadora? — presiono fuerte el brazo.

—No, creo que estamos exagerando, ella sería incapaz de engañarme Sebastián — se burla con sarcasmo.

—Oh si claro, el único que jamás te engañara y no te traicionara soy yo — eso no lo dudo, Sebastián daría su vida por mi así como yo daría mi vida por él.

—Lo sé, solo que no puedo pensar que Isadora me es infiel, ni siquiera sé porque tienes sospechas sobre ella — me observa como si yo fuese un completo idiota que no ve la realidad.

— ¿Sera por qué la vi en algo extraño con nuestra competencia, en pocas palabras con Troy? — Sebastián de seguro se imaginó lo que no es, al menos así espero que sea.

—Pudieron encontrarse por casualidad, es un pueblo pequeño hermano así como lo encontramos nosotros a él en algunas ocasiones, le pudo haber pasado a ella — bufa molesto y haciéndome saber que es absurda mi hipótesis.

—Increíble, estas cegado ante la realidad, estoy el cien por ciento seguro de que ella te es infiel, Isadora con su carita de niña buena te engaña fácil, agradezco que a mí no, y tampoco lo hará — me levanto por otra botella, una más fuerte que le haga calmar.

—Jamás has soportado a Isadora, por eso piensas que me es infiel ¿Por qué la odias? — sirvo los tragos.

—Fácil, porque es una interesada, lo supe desde el día en que piso nuestra casa en Londres — me controlo, a veces me duele que mi hermano y ella no se toleren.

—No lo es, ella me ama del mismo modo que yo la amo a ella — golpea la mesa.

— ¿Por qué eres tan imbécil? Ella no te quiere, jamás lo ha hecho, se casó contigo por dinero, siempre ha demostrado la ambición; solo que ante ti no lo hace, pero ante la familia si ¿Crees que es coincidencia que ningunos aquí la quieran? Esa perra te es infiel — me levanto.

—No voy a tolerar que la llames así Sebastián, ten respeto hacia ella, es mi mujer y te guste o no, no me vas a hacer cambiar de parecer — se pone de pies también.

—Tienes razón, el día que cambies de parecer será el día que estampe la verdad en tu cara, te traeré pruebas hermano y no descansare hasta lograrlo, no voy a dejar que ella arruine más tu vida, solo mírate, no eres tú, cada día estas más distanciado, te entregaste por completo a ella, tampoco tienes tiempo para compartir conmigo, todo el tiempo se lo dedicas a esa mujer que llamas esposa, porque ni siquiera a Tamara le dedicas tiempo, a ella la excluyen de sus vidas ¿Te cuesta ver un poco la realidad? — me echó a reír.

— ¿Eso es lo que te duele? ¿Que no te presto atención? Pasó las 24 horas del día pegado a tu culo como una garrapata ¿Te parece poco? — Asiente.

—La verdad sí, porque estás a mi lado por trabajo, pero jamás compartes conmigo como hermano, ni siquiera pasaste el cumpleaños junto a mi  ¿cómo pretendes que no me enojé? — le doy un abrazo.

—Eres tan celoso, ya entiendo el odió — me empuja.

—No son celos Tayler, de verdad ella es una interesada, está robando todo de ti y eso lo ha notado la familia, incluyendo los abuelos — pasó mi mano derecha por mi cara, no sé qué pensar, temo a que Sebastián tenga razón, y lo peor es que él nunca se equivoca.

—Esto me tiene confundido Sebastián, está tu palabra y la de ella, es una situación difícil para mí — se planta frente a mí y sujeta mi rostro.

—Lo sé, por eso voy a averiguar por mi propia cuenta, te agradezco que no trates de detenerme porque no será así — si él tiene razón esa noticia me devastara.

—Espero estés equivocado hermano — me entrega mi vaso y toma el suyo.

—Salud porque así no sea, voy a liberarte de esa víbora — tomamos un trago.

—Ya deja de insultarla — volvemos a tomar Asiento.

—Ella sentirá todo menos eso, está consciente de lo que es y eso es lo que más me enfada — cuando mi hermano odia a una persona no hay quien lo haga cambiar de parecer.

—Es mi esposa Sebastián y fue la mujer que elegí para mi vida y como madre de mis hijos — chasquea la lengua.

— ¿Es broma? Ella ha sido todo excepto una madre, tienes descuidada a Tamara, le grita casi todo el tiempo y no le da cariño, ese que todo niño pide de una madre, ¿Sabes lo que dijo hoy en la fiesta? Que no la molestara en toda la noche, y que no hiciera nada estúpido para llamar la atención, que si era posible que se quedará encerrada en su habitación y así no estorbaría, ¿Una verdadera madre diría eso a un hijo? Vuelvo y lo repito, es una perra, es más creo que hasta ofendo a una perra — me quedo perplejo por lo que ha dicho, nunca Isadora ha tratado a nuestra hija de ese modo.

— ¿Es cierto eso Sebastián? — bufa con mucho más enfado.

— ¿Piensas que miento? La escuche Tayler y me partió el alma cuando vi a mi pequeña llorar, salió corriendo de la casa y ni siquiera me dio chance de detenerla para consolarla, no la conseguí — Por eso la amiga de mi prima venía con Tamara, se la había encontrado y de seguro quiso consolarla.

"Soy un completo idiota"

—Isadora me va a escuchar, no puede tratar a mi hija de ese modo — aplaude y abre sus brazos.

—Al fin harás algo bueno, de verdad hermano trató a la niña muy mal y me parece que no es la primera vez, Tamara siempre vive triste, una de las razones es la ausencia de ambos y otra el mal trato que recibe por parte de Isadora — me siento tan mal por no estar para mi bebé, hace pocas horas intento darme a entender su sentir pero yo por imbécil no la escuche.

—No te adelantes a los hechos, no creo que Isadora trate a nuestra hija todo el tiempo de eso modo que dices, es su hija Sebastián no pienso que sea así — me ve fastidiado y cansado.

—Ya volviste a ser el idiota de hace unos segundos atrás,  ya quítate esa venda de los ojos porque francamente irás directo al precipicio, ella actúa como todo menos como una madre y tu — me señala — vas por el mismo camino, tu atención está en otro lado menos en la niña — me molesta su comentario, yo en ningún momento he dejado de atender a Tamara, ella es la luz de mis ojos.

—No voy a permitir que sigas  con esto, primero me dices que Isadora me es infiel, luego que es una interesada, ahora que es una mala madre ¿que será después? — le habló con enojo, no voy a soportarle tantas calumnias.

—Lo próximo lo dirás tú — toma de la botella.

—Creo que ya esté tema está yendo demasiado lejos Sebastián — asiente dándome la razón.

—Así es, no hablaré más del tema hasta que tenga la verdad ya en mis manos, y cuando eso pase te lo haré saber, tú la sacarás de esta casa y sin mi sobrina — sale de la cocina, golpeo el vaso contra la mesa y se parte cortándome a mí en la mano, camino hasta el lavavajillas y abro el grifo, meto mi mano permitiendo que el agua limpie la sangre que sale de ella, tomo una toalla y enrollo mi mano,  cuándo me doy la vuelta me sobresalto al ver a la amiga de mi prima.

—Oh por Dios ¿qué le ha pasado? — me pregunta asustada.

—No es nada, es sólo una pequeña cortada — llega a mí y me sujeta mi mano, cuando sus dedos hacen contacto conmigo algo extraño recorre mi cuerpo — es profunda, debemos limpiar la herida o se infectará — intenta irse y la detengo.

—Estoy bien es sólo una leve cortada — se libera.

—No sea tan gruñón, ya vuelvo — se va.

"¿Me llamó gruñón? Que atrevida es esa mujercita"

—Estoy de regreso, veamos, solo limpiare y colocare una venda en su mano — observo todo lo que hace.

—No era necesario, de verdad ya mañana iba a estar mejor —rueda la mirada. Recorro cada parte de su cuerpo y me pregunto cómo pudo excitarme tanto mientras yo le hacía el amor a mi mujer, es linda, no lo niego pero tampoco es para enloquecer a alguien, Isadora es mucho más hermosa incluso en cuerpo le lleva ventaja.

—Si lo es, quizás para mañana le amanezca muy infectado, y créame, no estoy dispuesta a cargar en mi conciencia el hecho de que deban amputarle la mano por no dejarse limpiar — ¿Amputar? Vaya, que positiva es esta mujer.

— ¿No cree que está exagerando? — empieza a poner la venda en mi mano.

—¿Me está llamado exagerada? — así que es de las que te responde con otra pregunta.

—Pregunte primero — se detiene.

— ¿Que cree? Yo lo hice de segunda — nos quedamos viéndonos y reímos.

— ¿Jamás te quedas callada?— se vuelve a concentrar en su labor.

— ¿Deberían de hacerlo? — ahí va nuevamente, respondiendo con otra pregunta.

—¿Algún día me responderás sin otra pregunta? — se queda pensando.

— ¿Te molesta que lo haga? — Río más fuerte, creo que no podré ganarle — lo haré cuando así yo lo desee — ¡Miren! Si sabe responder sin otra pregunta.

—Quiero disculparme por como la trate está noche — hace con su mano un gesto de despreocupada.

—Descuide, estoy acostumbrada a los patanes como usted — ¿Me llamó patán? Sí, claro que lo hizo.

—No tiene control de su lengua — infla sus mejillas y luego las desinfla.

—Siendo honesta no, me gusta decir la verdad en la cara a las personas — se sirve un trago en el vaso que era de mi hermano.

— ¿Que te hace pensar que soy un patán? — da un trago y arruga su cara, luego tose y exhala el aire.

—¿Quizás tu comportamiento de esta noche? — Me entrega el vaso — esto está muy fuerte — los gestos que hace me causan un poco de gracia.

—Sí, creo que hoy fui un completo patán, pero le juro que no soy así, puede corroborar con mi prima — me observa intrigada.

—No es necesario, es más interesante cuando las cosas se descubren a su debido tiempo — está vez soy yo quien la observa con curiosidad.

"¿Por qué me causa curiosidad está mujer?"

—Tiene razón, cuando me conozca bien verá que soy todo lo contrario a lo que piensa — se pone de pies y comienza a recoger los vidrios de la mesa.

— ¿Que sabe usted de lo que pienso yo? — limpia el pequeño desastre que dejamos mi hermano y yo, aunque más mi hermano.

—Francamente nada bueno debe de pensar sobre mí — coloca su mano izquierda en su cintura.

—Puede ser, pero si eso fuese cierto lo hubiera dejado solo y no fuese ayudado con su mano, fuera dejado que se le infectara y así le amputaran una mano por patán — abro la boca para hablar pero la cierro cuando no encuentro nada que decir — No soy mujer de juzgar a nadie señor Miller, y menos de pensar mal, ¿qué opino que es un patán? Así es, pero estoy en lo cierto — vaya, vaya, ¿qué más tienes por mostrar?

—Estoy sorprendido con usted, yo si la juzgue mal creí que era una... Insolente atravesada — ríe fuerte y honestamente horrible.

—No, no lo hizo, está en lo cierto, suelo ser atravesada con quien lo es conmigo, del resto soy un amor — hace gesto de no romper ni un plato.

— ¿Un amor? mostraste todo menos amor — ve todo el lugar.

— ¿Que pretendía? Me trato mal, solo me defendí y lo puse en su lugar, no me dejo atropellar por nadie, quería ser sarcástico y le di un poco de guerra — aja, con que dándome guerra.

—Y eres muy buena con el sarcasmo, haces enojar fácil a cualquiera — me guiña un ojo.

—No te metas conmigo y no me meteré contigo o saldrás con las tablas en la cabeza — me coloco de pies y me acerco a ella.

— ¿Me está retando? — da pasos hacia atrás y una pared la detiene, no sé porque pero yo decido acorralarla y llevar mi mano a su cintura.

"¿Qué te pasa Tayler?"

—Y-yo no — un rico ahora a vainilla recorre mis fosas nasales.

—Pareciera que si — cierro mis ojos mientras absorbo todo su aroma.

"Detenten Tayler" me pido antes de cometer una tontería.

—No, ahora aléjese de mí, y por favor dese un baño con agua bien fría para que baje su pene, el cual está presionado mi vientre — dice con tono de enojada.

—No se emocioné, jamás me fijaría en usted — retrocedo.

—Claro, usted me imagino que no lo haría, pero su pene piensa diferente — ¿que se cree?

—No eres tan interesante como piensas — se cruza de brazos.

—No lo pienso y tampoco lo creo — mi cuerpo insistes en acercarme a ella, pero mi mente se rehúsa.

—Creí que habíamos logrado establecer en una buena charla — eleva una ceja.

—Y así era, solo que al parecer su pene quería establecer otra cosa que no era una charla, por cierto, creo que urges de hielo — observó mi bulto y me maldigo por no tener control de él.

—No me hace falta — ajusta su camisa.

—Me parece que sí, ahora debo irme a descansar, y hágame caso o sus pelotas se asfixiaran —la jalo de su  brazo y la pego a mi cuerpo.

—Eres tan insoportable — digo entre dientes y con su rostro cerca del mío.

—Y tú tan patán — nuestros ojos se conectan por varios segundos, acerco más mi rostro al de ella y nuestros labios quedan a pocos centímetros.

—Sera mejor acabar con esta charla — me detengo al saber que esto está mal.

—Sí, es lo mejor, creo que ya ha sido suficiente — la libero — y no es necesario que me agradezca por salvar su mano, a pesar de que ahora me arrepiento — ¿Qué? Ja, está loca.

—Deberías de estar internada en un manicomio — coloca el dedo índice en su labio.

— ¿Sabes? Siempre he opinado igual — se va desapareciendo de mi campo de visión.

 Vuelvo y lo repito ¡Esta loca esa mujer! No sé de donde mi prima la saco ¡Oh! Obvio, ella también está loca.

Salgo de la cocina y subo a mi habitación, no voy a quedarme con estas ganas enormes de follar, puede que Isadora me ayude con eso.

¿Qué estás diciendo Tayler?!" Mejor me doy otro baño, ya fue suficiente con imaginármela hace un rato, Isadora no se merece esto, soy una basura, eso es lo que soy.

No voy a caer en la tentación de esa mujer, eso sería absurdo, soy un hombre casado y ella...ella es una loca sin control alguno, si cree que me voy a dejar tratar de ese modo está equivocada, soy todo un caballero pero si debo dejar de serlo para ponerla a ella en su lugar lo haré 

¡Como duelen mis pelotas!                  

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo