Tentados por el Deseo
Tentados por el Deseo
Por: Lady Ban
~Capítulo 01~ El gatito quiere guerra

~Camila~

Me giro en la cama y todo comienza a darme vueltas, cierros mis ojos tratando de calmarme, pero es inevitable, me tumbo en el suelo a vomitar todo el alcohol que ingerí anoche por despecho, infelices hombres montas cuernos, uno la mujer se mata entregando todo de sí para que vengan ellos y lo arruinen, estaba hasta dispuesta a vivir con él ¿Y qué paso? Todo se vino al vacío.

−¡Que se jodan lo putos hombres montas cuernos! — grito entre vómitos.

Estúpidas lágrimas que insisten en salir, pero ¡No! No las voy a dejar, soy una mujer fuerte y si no me destruyó el descuido y el mal trato que recibí de mis padres, menos lo hará un hombre, supéralo Camila ya pasó una semana.

Mi vida en la infancia no fue la más feliz, mis padres Vivian en su mundo paralelo donde solo eran ellos dos y donde mi hermana mayor y yo éramos nada más que un estorbo.

Siempre hacía de todo para llamar su atención y que me regalaran un poco de cariño, en esa casa mi presencia era nula hasta por mi hermana mayor, cuando mama me corría de su lado y me decía que mi hermana y yo éramos su peor error, salía directo a la habitación para acurrucarme al lado de Carol, pero ella también me rechazaba, me decía que me fuera, que por mi culpa mamá y papá habían cambiado. 

Estaba completamente sola, sin ningún tipo de apoyo y de cariño; todos me odiaban, pero yo a ellos no, yo los amaba y más a mi hermana, a quien aún amo. 

Cuando ella cumplió 18 años y yo los 13 se fue, me abandono con dos personas que no me querían a su lado, llore incontable de veces por su partida, llore en silencio para que mamá y papá no me pegaran por ser tan débil, y grite de dolor cuando mi corazón se quebró en miles de pedazos. 

Al terminar la secundaria me plantee marcharme de mi hogar, no mentiré, tuve miedo de lo que me encontraría afuera,  pero fue ahí donde me pregunte. 

“¿Que podría ser peor, estar aquí o afuera con más esperanzas de ser feliz?

 Al momento de obtener mi respuesta tome mi bolso con la poca ropa que tenía y salí sin mirar atrás,  salí con la frente en alto y dispuesta a enfrentarme al mundo entero por ser feliz, dejar atrás mi vida no me afecto en nada; creí que sentiría nostalgia por no volver a ver a mis padres, pero no paso,  no sentí ningún tipo de sentimiento y no es porque los odie, de verdad no es así, jamás los odie y tampoco lo hago hoy en día, simplemente no me afecto porque así como fui nadie en sus vidas ellos poco a poco se volvieron igual para mí.

Al salir de casa lo hice con una idea bien planteada, yo tenía mis propios ahorros, cuando salía de clases me iba a trabajar en casa de una familia limpiando, el dinero que recibía lo escondía en un lugar seguro donde ellos no pudieran encontrarlo, fueron tres años los que ahorre, no era mucho dinero, pero si lo suficiente para rentar una habitación por un tiempo.

Cuando encontré lugar donde quedarme me senté a pensar en mi siguiente paso que era buscar trabajo, ese mismo día salí a la calle y recorrí cada esquina de la ciudad hasta que di con uno, aquella vez trabaje de mesera, las propinas no eran tan buenas, si acaso abarcaba para pagar la renta en un lugar de mala muerte, comía una sola vez al día y eso porque en el trabajo nos daban el almuerzo y una que otras veces tomaba sin el consentimiento del jefe alguna fruta. 

Por dos años fue catastrófico, muy difícil, pase trabajo y hambre, cuando no pagaba la renta me tocaba dormir en la calle, pero luego poco a poco el viento fue soplando en mi dirección.

Con el pasar del tiempo las cosas se me hicieron más fácil, un nuevo trabajo con un sueldo fijo y digno, un nuevo hogar más cómodo y limpio, 

Al cumplir los 21 años me propuse a entrar en una universidad algo costosa, pero trabajé duro para cubrir esos gastos.

Hoy en día tengo 29 años y soy Licenciada en Psicología Infantil, los niños son mi debilidad y todo lo que hago es para ayudarlos a superar sus mayores temores, y a como sanar esa herida que dejan nuestros padres en el corazón 

No tengo idea de cómo estén mis padres en este momento, jamás volví a saber de ellos, en cuanto a mi hermana es como si la tierra se la fuese tragado, he buscado y buscado y jamás encontré rastros de ella. 

Tengo esperanza de que la vida en algún momento nos dará la oportunidad de reencontrarnos; solo espero que cuando llegue ese momento ella no me odie aún. 

 En este instante siento una nostalgia, me iré  a pasar las navidades en Pensilvania a casa de la abuela de Luna, y quizás me quedé por allá más de lo esperado.

—¿Cuándo dejaras de vomitar? — Lena me ayuda a ponerme de pies.

—Si mis niños me ven así se decepcionarían de mamá — me guía al baño.

—Descuida, nadie se enterara de tu despecho— entro en la tina con todo y ropa — Por cierto amiga, habían muchos  hombres que no dejaban de verte y tú tampoco — ¿Yo?

—No sé de qué hablas, yo no vi a nadie — cierro mis ojos 

—Oh, claro que sí — entra mi otra amiga Luna — al menos déjame uno — no voy a tomar más, juro que no recuerdo muy bien.

 —No recuerdo, por favor chicas no me dejen tomar de esa manera, perdí la memoria — sujeto mi cabeza.

— Ya recordarás, así que no dramatices todo — Luna me ayuda a quitar mi camisa.

—¿No hice nada estúpido? — niegan.

—No, puedes estar tranquila — me relajó al escuchar eso, temía haberme follado a algún tipo, no soy así.

—Ya debo parar con todo esto, no me hace bien, tengo que enterrar ese estúpido amor — juego con el agua, no ha sido fácil, pero es momento de ya pasar la página.

—Así es amiga, él no merece tus lágrimas — Lena como siempre dándome fuerzas.

—Ok, mueve el culo, tenemos que irnos ya al aeropuerto, se nos está haciendo tarde, yo iré a limpiar tu desastre — hace una cara de asco y sale junto con Lena.

Minutos después salgo del baño, mis amigas me dejaron en la cama la ropa que llevaré puesta hoy, ellas son únicas e incomparables; me han dado su apoyo incondicional desde que nos conocimos.

Comienzo a vestirme con un Jeans Negro, una franela blanca y unos zapatos deportivos blancos, la familia de Luna la mayoría es de Pensilvania, y tienen un enorme viñedo, cosechan grandes uvas y crean los mejores vinos, tanto así que es el más reconocido en Estados Unidos y en el continente europeo.

Al terminar de arreglarme salgo de la habitación en dirección a la cocina en busca de comida, ni crean ellas  que me iré sin llenar mi estómago, esta vacío, sin nada, y si no como algo moriré en el camino.

Lena y Luna ya se encuentran listas también, Lena me tiende una taza con cereal, un plato con frutas y otro con tostadas y mermelada, como buena hambrienta me dedico a devorar mi comida con el mayor gusto del mundo.

—¿Tenias hambre? — asiento, aun mastico mi comida.

—Se nota amiga, termina rápido, no tenemos tiempo — en esta casa lo único que se escucha es, rápido, rápido, vamos tarde, se nos hace tarde, estamos retardadas, debemos irnos, etc, creo que nunca salimos a la hora estipulada.

—Ten, este plato ya está vacío, límpialo — Luna se lleva mis platos y tomo las tostadas en manos — ¿bajaron mis maletas? — Lena limpia la mesa mientras yo sigo comiendo.

—Sí, ya todo está en el auto solo faltamos por salir nosotras — saco un agua mineral de la nevera y salgo corriendo detrás de ellas, o de lo contrario me dejaran.

—¿No se nos queda nada? — pregunto por si acaso.

—No, ya nos acordaremos cuando lleguemos al aeropuerto — reímos, eso también suele pasarnos cada que nos vamos de viaje.

 En el momento que voy a subir al auto Diego llega con un ramo de flores, me quedo de pies viéndolo con el corazón latiendo a gran velocidad, fueron cuatro años de relación, momentos buenos y malos, quizás más buenos que malos, pero lo arruinó todo el día que se acostó con otra mujer la cual aún desconozco y que tampoco me importa conocer.

—Camila... Cami por favor hablemos, llevo días llamándote y tú no apareces — cierro la puerta del auto y me dirijo a su lugar, mis amigas se quedan dentro esperando mi reacción.

—Diego voy de salida y no estoy para continuar perdiendo mi tiempo, te agradecería gentilmente que desaparezcas de mi vida y no intentes remediar las cosas — me tiende el ramo de flores y lo sostengo.

—Comencemos de cero — huelo las rosas, me alejo un poco y llegó al bote de basura.

—Así como tiro este ramo — lo lanzó al basurero — tiro mi amor por ti — se queda boca abierta por mi reacción, ya no mas esa Camila tierna y cariñosa que solía ser.

—No puedes hacer eso Camila, tu me amas — abro la puerta del auto.

—Ya lo hice — entro, cierro la puerta y Luna enciende el auto para ponerlo en marcha.

Si pretendía venir aquí a resolverlo todo con unas simples rosas se equivocó, no voy a tolerar este tipo de burlas, cometió su error, ahora que lo asuma como hombre.

—Debiste arrancarles las pelotas — comenta Lena pintándose sus labios carnosos.

—Yo lo hubiese lanzado a él al bote de basura — Luna se detiene en un semáforo — es un patán — suspiro, son tantas cosas las que quiero hacerle, entre ellas matarlo.

—Las cosas pasan por algo, no estaba destinado a mi — estoy segura de que él no era para mi.

Al llegar al aeropuerto bajamos rápido, sacamos las maletas y entramos apresuradas, parecemos unas locas corriendo, nos llevamos a todos por el medio con nuestros bolsos, Luna esta atacada y la verdad no entiendo porque, ¡aún tenemos media hora! Nos da hasta chance de volver a desayunar.

—Luna, Luna para — pido ya cansada, llevo conmigo dos maletas y dos bolsos.

—Vamos mega tarde — el drama no siempre lo armo yo.

—Luna, tenemos media hora, ten calma — observa su reloj y luego suelta la carcajada escandalosa llamando la atención de todos los presentes en el aeropuerto.

—Lo siento, vi la hora mal, igual no está de más apresurarnos, no quiero perder el vuelo y luego que mi abuela nos corte la cabeza a las tres por no llegar allá hoy — continua su caminata de manera rápida.

Sin luchar en contra de ella hacemos caso, a Luna nunca logramos contradecirla, y si lo hacemos termínanos con las tablas en la cabeza.

El tiempo de espera paso, llego la hora de abordar el avión y de emprender estas navidades a Pensilvania, la abuela de Luna hace buenas fiestas de navidades, siempre van personas importantes a ese tipo fiesta, incluyendo la competencia de la familia.

Al fin hemos llegado a la casa, es la tercera vez que vengo a este lugar y con franqueza me encanta, es diferente, la tranquilidad, el silencio, la naturaleza todo aquí es perfecto, a veces hasta pienso en mudarme, y creo que no sería mala idea.

La abuela de Luna sale de la casa y abre sus brazos para recibirnos, las tres hacemos lo mismo y la apapuchamos en un solo abrazo, luego se nos acercan los padres de ella y toda la familia, que por cierto ¡son bastante!

 —Qué alegría que ya estén aquí mis niñas — el señor Paulo se nos acerca y nos da un abrazo.

—Luna nos venía arrastrando por el camino — comento haciendo que todos rían.

—Salir con ella es horrible, vivimos la vida contra el reloj — Luna nos da un empujón a cada una.

—Bueno ya pasemos, deben de tener hambre — soy la primera en pasar, cuando se trata de comida soy la primera.

—Por favor, estas mujeres me matan de hambre — llegamos a la cocina, el olor a carne asada invade mis fosas nasales, ver ese trozo de carne tornado marrón me enloquece; espero y este termino medio.

—Tenemos uno listo ¿quién lo quiere? — tomo un plato y lo extiendo para ser la primera.

—Camila, ¿Dónde te entra tanta comida? — observo mi vientre plano.

—En mi trasero — aja, es lo único que tengo en exceso.

—Esta noche tendremos una pequeña reunión, así que les sugiero que se vistan hermosas — nos informa Carlota la abuela de Luna.

—Ya me imagino la reunión — Todas sabemos cómo son ese tipo de reuniones, ¡Por todo lo alto!.

—Vendrán buenos hombres — sube y baja sus cejas rápido.

—¡Abuela! — pico un trozo de mi deliciosa carne y la llevo a mi boca 

—Necesitan unos buenos novios, llegarán a viejas sin uno — por mi ni tengo problema, si es para evitar un sufrimiento que así sea.

—Los hombres no sirven, tenemos de prueba a Camila — cabrones montas cuernos.

—Es mejor disfrutar de la vida — hablo al fin — si pueden evitar el amor sería bueno — Carlota coloca su mano en mi hombro.

—Cariño, el que un hombre te haya herido no quiere decir que otro lo hará, solo estás lastimada; deja que sane tu corazón y verás que llegara a ti un hombre digno a corresponderte en el amor — quizás sea cierto, pero por el momento estoy mejor así.

—Descuida, por ahora gocemos la vida — digo para continuar mi comelona.

El resto de las horas hablamos por demás con la familia de Luna, llegó el momento de la fiesta y ya estoy casi lista, llevo puesto un vestido color melón largo y con una abertura en la pierna, es escotado completamente en la parte de atrás hasta mi espada baja, mi trasero resalta desde lejos, puedo decir que es lo único que me salva, no soy tan fea pero tampoco tan bonita, mi cabello siempre vive desordenado, es de color marrón oscuro, mi piel es clara mis ojos color marrón oscuro, no poseo una nariz perfilada como las de muchas, tampoco tengo senos grandes, el día de repartición de senos grandes llegué tarde así que bueno, tan solo me dieron una pequeña porción, de esas que apenas se han de notar.

Ya mis amigas están abajo, así que yo decido hacer lo mismo que es sumarme a la fiesta, no las veo por ningún lado, puede que quizás estén saludando a la multitud.

Un tanto aburrida voy a la cocina en busca de una botella y una copa, salgo de la casa por la parte de atrás, tomo asiento en una banca y sirvo vino, doy un trago a mi copa gozando de ese rico sabor, lo digo y lo sostengo, es el mejor vino.

Un sollozo suave llegan a mis oídos, me levanto en busca de ese llanto tierno e inocente, cuando doy con el me encuentro a una pequeña como de seis años sentada en una banca.

—Hola — saludo tomando asiento a su lado.

—Hola — responde con tanta ternura, amo los niños, mi día a día lo dedico únicamente a ellos.

—¿Que te ha sucedido cariño? — me muestra sus ojos marrones.

—Estoy aburrida — ¡oww! Pobre, este tipo de fiesta no es para ella, deberían de hacer una fiesta para adulto y una para niños.

—Podemos jugar si quieres, yo también estoy muy aburrida — sus ojos brillan, se pone de pies y me tiende su manito.

—Tengo muñecas arriba, ¿podemos jugar con ellas? — me levanto aún con su mano sujeta a la mía.

—Claro tesoro, no tengo ningún problema, me encantan las muñecas — entramos a la casa nuevamente y cuando vamos subiendo las escaleras unas grandes manos me detienen del brazo.

—¿A dónde cree que va usted con mi hija? — veo al rostro del hombre y...

"¡Madre Santa, nunca había visto tanta belleza!"

—Y-Yo solo iba con la niña a jugar, ella...

—¿A jugar? — pregunta molesto — Tamara ven acá — la niña me suelta sin así desearlo — ¿Que te he dicho de no hablar con extraños? — regaña a la pobre que no tiene nada que ver.

—Disculpe, pero ella no tiene la culpa de nada, la idea de jugar fue mía así que si tiene al...

—No se meta señorita, no he pedido su opinión — me quedo petrificada.

"¡¿Que le pasa a este miserable?!"

—Es usted un grosero, un amargado gruñón y prepotente — escupo las palabras, el hombre me asesina miles de veces con la mirada pero me vale un carajo.

—¿No tiene respeto? Está insultándome en frente de mi hija — Se me planta de frente.

"¿Ahora sí quiere hablar de respeto?"

—Yo si tengo respeto, aquí quién no lo tiene es usted — no me voy dejar, que ni crea que lo haré.

—Tamara, ve a dónde tú mamá — la niña se va triste porque ya no podremos jugar y todo por culpa de "papá ogro" — escuche bien, no voy a tolerar que una... Extraña, me hable de este modo — elevó mi ceja con total sarcasmo.

—Y yo no voy a tolerar que ningún hombre con problemas de irá venga aquí a insultarme injustamente — le dolió mi comentario.

"Aja ¿Ahora que dirás?"

—¿Esta diciendo que tengo problemas de irá? — me habla con tono muy molesto.

—De irá y ahora acabo de descubrir que también lo tiene de audio — se torna rojo de rabia.

"Creo que esto no fue buena idea"

—Y usted tiene un problema con su lengua, no sabe cómo frenarla — ¡oh! El gatito quiero jugar rudo, ¡pues jugaremos!

—Ja, que le puedo decir, mi lengua es buena cuando se trata de la verdad — ¿Que te parece esa masa muscular? 

—Eres insoportable, espero no tener que cruzarme nuevamente con usted — le hago saber mi poca importancia.

—Yo también espero lo mismo, no me gustaría tener que lidiar con un hombre que... No tiene control sobre su temperamento — le doy la espalda y me marcho.

¿Que se cree la gente de hoy en día? ¿Que pueden tragarse a todos cada que hayan tenido un mal día o que no le hayan dado su dosis de sexo? 

"Jodanse todos"

Jamás he comprendido el porque tomar represaría contra los demás, muchas veces yo suelo estar con mi humor de perro y aun así soy un amor, pero bueno, no todos somos iguales.

—¡Camila! — Luna grita mi nombre al verme — Por fin te veo amiga, necesito que me sigas te voy a presentar a unos de mis primos, aún no conoces a todos — ¿más? En esta familia nunca dejas de conocer a más familiares.

—Siento que nunca acabaré de conocer a toda tu familia, llegaré a vieja y continuare conociéndolos — me hace un gesto de despreocupada.

—Ellos son los últimos amiga, las veces que has venido no están, y este año todos están aquí, así que ven — la sigo hasta llegar a donde su otro familiar.

—Camila te presento a Sebastián Miller — le tiendo mi mano y él lo hace con fastidio.

"¿Pero que le pasan a los tipos de esta noche? ¿Andan falta de sexo? por cierto se parece a papá ogro "

—Un gusto conocerlo, me llamo Camila — libera mi mano tan rápido como puede y vuelve a guardar la suya en el bolsillo de su pantalón.

"¿De dónde salen estos hombres?"

—Igual — genial, otro gruñón más.

—Espera un momento aquí amiga — me pongo nerviosa cuando mi amiga se va 

"¿Cómo pudo dejarme con esta máquina de hierro?"

—¿Nerviosa? — entre cierro mis ojos, él toma una nueva postura, recuesta su hombro derecho de la pared y cruza sus piernas, esa pose le da un toque rebelde, juguetón y atrevido que lo hace lucir ¡sexi!

Que me den un palazo para reaccionar

—Sino cierra esa boquita entrara una mosca — me hace salir de mi trance.

Que vergüenza!"

—Muy chistoso usted — suelta el aire y sonríe coquetamente.

—No se preocupe, admirar aún no es un crimen — saca las manos de su bolsillo para cruzar sus brazos sobre su pecho.

—Solo admiraba su traje, su diseñador hizo magia está noche con usted— hace gesto de dolor.

"Toma esa pendejo"

—Eres muy cruel, fue un golpe muy bajo — me comienzo a sentir orgullosa de mi.

—A veces hay que bajarle el ego a las personas — cambia nuevamente de postura, esta vez tiene su cuerpo rectó, así luce gigante y robusto.

"Rayos, demasiado tamaño para mi"

—Y como duele — me observa curioso.

—Bien amiga te presento a mi otro primo, Tayler Miller — mi boca choca contra el suelo.

Es el señor con problemas de irá y problemas auditivos!"

—¿Me sacaste de una conversación tan importante para esto? — a este hombre lo que le sobra en belleza y cuerpo le falta en respeto y educación.

—Si desea volver a su conversación importante siga ese camino — señalo — por dónde vino, créame, su presencia no es de tanta importancia — mi amiga y Sebastián se miran entre sí.

—¿Tus padres no te dieron educación? — eso sí fue un golpe bajo para mí, Luna se da cuenta y decide intervenir.

—¿Estás loco? ¿Por que tan de mal humor hoy Tayler? — Luna le reclama.

"Lo voy a poner en su sitio

—Al parecer el señor mil problemas tienes un nuevo problema, ¿con que moral puede realizarme esa pregunta cuando usted señor Miller actúa de la misma manera? Desde que me vio me ha estado insultando sin ningún control ¿y sabe que? Eso no se lo voy a permitir, Así que le doy un consejo, vaya y disminuya su mal humor, salga en busca de sexo, porque al parecer es lo que le hace falta — le saco el dedo medio y me doy la vuelta con mi mil enojos. 

Ese patán de quinta no me va a pisotear, y si continúan con sus insultos le patearé sus bolas con gusto, él piensa que porque soy mujer puedo ser débil y pues no, está jodidamente equivocado, yo me considero una mujer fuerte, y no dejaré que ese idiota me bata contra el suelo cada que quiera.

Si el gatito quiere guerra de sarcasmo, pues… está tigresita se lo dará.

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