Kiss or Kill
Comenzó siendo un juego, tan inocente e infantil que ignorar el peligro era más que natural.
Comenzó siendo un juego, sí, pero pronto dejó de serlo.
La muerte rondó tan cerca, augurando su victoria, que solo le quedó hacerse una profesional.
Un arma letal, le decían. Tan peligrosa como atractiva. Nadie podía vencerla. Al menos no hasta que llegó él: deliciosamente caótico, capaz de dominarle con uno solo de sus dedos.
No debían encontrarse. Ni un mirada ni un roce ni una palabra, mucho menos una noche entera.
¿El problema con los incendios? Hay que enfrentar las llamas.
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