Mundo de ficçãoIniciar sessãoUm homem sedutor. Uma mulher marcada. Ele precisa saber que nem tudo é como ele quer. Ela precisa fugir do passado que a machucou. Ele autoritário. Ela quebrada. Ele dominador. Ela determinada. O que fazer quando tudo que você deseja é tudo que não pode ter? Plágio é crime, essa história foi completamente criada a partir do zero. Sem associações, sem cópias, qualquer semelhança é mera coincidência. *- HayaneHemmings
Ler mais—Estoy embarazada.
El anuncio era el típico inicio de una novela cliché. Sin embargo, esta no era ninguna novela y Nova Lexington lo sabía. Nerviosa, esperaba la reacción de su novio, Knox Ridley. Uno de los herederos de una de las familias más prestigiosas y ricas del Estado.
Sin embargo, todo lo que había en la habitación era un denso silencio que ninguno se atrevía a romper.
Los ojos de Knox eran oscuros como el carbón, pero habían adquirido un brillo peligroso y hasta siniestro tras el anuncio de la mujer que se retorcía los dedos, mirándolo, esperando una reacción, una palabra. Algo que le indicara que la había escuchado.
Nova permanecía quieta como una estatua de mármol, como si temiera que una tormenta se desatara al menor movimiento.
—Knox, di algo —pidió, inquieta.
Eran jóvenes y pertenecían a distintas clases sociales, pero se amaban, ¿verdad? De repente, la duda la asaltó y fue como un latigazo atravesando su carne. El miedo hizo latir su corazón de manera desenfrenada.
Ella dio otro paso, arriesgándose, estiró la mano, intentando alcanzar el brazo de Knox. Él retrocedió, evitando su toque, y la miró con un desprecio que le sorprendió.
—Sé que no estaba en nuestros planes, que somos jóvenes, pero ya existe. Tendremos un bebé —susurró, mordiéndose el labio, para no echarse a llorar ante la mirada burlona de Knox.
—¿Tendremos un bebé? —preguntó y sin dejarla responder, continuó—: querrás decir, tendrás un bebé junto al hombre con el que me engañas.
Nova se tambaleó como si hubiese sido impactada por un guante de boxeo, abrió y cerró la boca sin emitir sonido o palabra alguna. Sorprendida por la respuesta de Knox. ¡Claro que no era lo que esperaba!
—¿De qué hablas? —preguntó al fin.
—¿De qué hablo? ¡Eres una cínica, Nova! —gritó, moviéndose por la sala, alborotando sus cabellos con rabia, como si estuviera conteniéndose para no tomarla de los hombros y sacudirla para que borrara esa cara de mustia que tenía. ¡No era ninguna inocente! —. Lo sé todo, Nova, y lo que no, no me interesa.
Ella no comprendía ni una sola de sus palabras. No tenía ni la menor idea de lo que hablaba. ¿Qué sabía?
—¿Cuánto tiempo creíste que ibas a jugar conmigo? ¿Te pareció divertido? —le cuestionó con rudeza y sin piedad—. Dime, sentiste bonito que un hombre de mi nivel se fijara en ti.
Esas palabras fueron como una daga atravesando el corazón de Nova; su mente no podría procesar toda la sarta de palabrerías que salían de los labios de Knox.
—¡No sé de lo que hablas! —gritó exasperada, deseando que todo esto solo fuese un mal sueño. Una horrible pesadilla para despertar.
Sin embargo, los minutos continuaron corriendo sin piedad y, aunque se pellizcó discretamente, nada sucedió. Esta era la dolorosa realidad.
—Entiendo que estés asustado, yo también me estoy muriendo de miedo, Knox, pero eso no te da ningún derecho a desconfiar de mí y a poner en tela de juicio mi honra.
—¿Honra? —la burla le hería más que mil cuchillos—. Tú ni siquiera conoces esa palabra —soltó.
Knox se inclinó y tomó el sobre marrón de la mesa de centro. Con una lentitud casi mortal, lo abrió y vació el contenido al piso.
Fotos y más fotos caían como gotas de lluvia y en cada una, se podía observar claramente la imagen de Nova siendo abrazada por otro hombre, comiendo con él en un restaurante sencillo. Incluso, saliendo de un apartamento que posiblemente estaba lleno de ratas y cucarachas.
—¿Acaso pensaste en mí como un cheque en blanco? —inquirió mientras Nova miraba las fotos sobre el piso. Había una en especial que llamó su interés. Era una foto donde aparentemente se besaba con ese hombre. Una toma que tenía la intención de dejarla como culpable.
Una risa escandalosa y nerviosa escapó de sus labios. Ahora lo entendía todo.
—¿Te causa gracia?
Ella negó.
—Él es Garrett, mi hermano —respondió.
Una ligera esperanza se abrió paso en el corazón de Knox, porque no, él no podía negar que se había sentido atraído por Nova casi de manera instantánea, tanto, que ni siquiera le había importado que no fuera de su círculo social. De hecho, eso la hacía más especial para él.
—¿Tu hermano?
Nova asintió
—Llévame con él y aclaremos esto de una vez —pidió y sin darle tiempo a procesar la orden, Knox la tomó del brazo con brusquedad y la llevó hasta su auto.
Él estaba dispuesto a arrodillarse para disculparse si comprobaba que Nova le decía la verdad, pero si le estaba mintiendo, ella iba a saber quién era y de lo que podía ser capaz de hacer.
El viaje fue tenso, el silencio era insoportable. Los dos iban concentrados, perdidos en sus mundos. Cada uno rogaba por cosas distintas.
—¿Es aquí? —preguntó sin verla.
—Sí.
Knox bajó del auto de un salto, bordeó con prisa el coche y le abrió la puerta. No le tendió la mano para ayudarla, por lo que ella bajó sola.
Caminaron juntos hasta una vieja y descolorida puerta. El olor a moho inundó las fosas nasales de Knox.
—Esto es una pocilga —gruñó con desprecio.
Nova no respondió, levantó la mano y golpeó la puerta. Llamó varias veces antes de que esta se abriese y apareciera un hombre que jamás en su vida había visto.
—¿Garrett Lexington? —preguntó Knox sin darle tiempo a Nova a salir de su sorpresa.
El hombre arrugó el entrecejo, tenía los ojos rojos, como si se hubiese drogado.
—No conozco a nadie con ese nombre —respondió, mirando con avaricia el Rolex en la muñeca de Knox.
Él le dedicó una mirada seria a Nova.
—Te juro que…
—¿Estás seguro de que no lo conoces? —preguntó, interrumpiéndola e ignorándola al mismo tiempo.
—Tan seguro como que el reloj que llevas en la muñeca vale una fortuna —respondió.
Knox se giró y dejó a Nova atrás. Ella tuvo que correr para alcanzarlo.
—No sé lo que pasó, mi hermano ha vivido los últimos meses aquí —dijo.
Él continuó en completo silencio.
—Por Dios, Knox, tienes que creerme.
—Sube —le ordenó.
Nova se quedó parada, pensando en una manera de comprobar su inocencia. Solo le quedaba un último recurso. Sus padres. Aunque eso, significaba confesarles que tenía novio y, de paso, que estaba embarazada, pero si quería que Knox confiara en ella, no tenía más remedio.
—Mis padres —musitó tan bajo que Knox no la escuchó y ella se dio cuenta al ver su semblante frío como el mármol—. Mis padres no pueden mentirte, ellos te dirán la verdad —dijo en voz alta.
Ahí estaba de nuevo, la maldita esperanza abriéndose paso por los turbulentos oleajes de emoción que experimentaba. Pero, ¿qué podía perder si visitaba a los padres de Nova? Nada.
Eso creyó porque su esperanza era más grande de lo que imaginaba, más grande de lo que le gustaba admitir, pero cuando estuvo delante de Roger Lexington todo, absolutamente todo se rompió, convirtiéndose en miles de fragmentos difíciles de pegar.
—Lo siento, pero no conozco a nadie con ese nombre y tampoco tengo un hijo que se llame así.
Nova abrió los ojos como platos ante la respuesta de su padre mientras su corazón se rompía en miles de pedazos. Su última esperanza se había desvanecido como agua entre los dedos.
Nickel2 meses depois…Tudo que aconteceu poderia ter deixado as pessoas normais em pânico, mas eu não nasci em um mundo normal. Nunca seria fácil para mim, não um Morningstar, graças a Deus a Kira não morreu, o que foi por pouco levando em conta tudo que ela viveu e passou.Encontramos ela inconsciente um pouco distante do carro, ela tentou achar ajuda e estávamos lá a tempo, eu desmaiei depois disso, meus machucados estavam sérios e tive uma concussão. Dei um jeito de ficarmos no mesmo quarto no hospital até a alta, usei minha ótima influência de Capo dos Capos, enfim realmente gostei desse cargo.
KiraEu não sei como mas o que eu sei é que não consegui trabalhar o resto da tarde, quando saí dei um tchau breve ao Stefan e dirigi até em casa. A primeira coisa que fiz quando cheguei foi ligar a banheira, abrir um bom vinho e mergulhar nela sem pressa.Tudo que aconteceu vinha em minha mente como um filme que eu não conseguia parar de repetir, o nosso encontro, nossas palavras, nosso beijo e a dor da partida novamente. Eu revivi isso uma, duas, três vezes até que me senti zonza, o indício de que eu estava ficando bêbada, eu queria chorar, beber mais, gritar, rir e chorar de novo por tudo que perdi e que perderei.O cansaço vence e
KiraSem dor, sem sofrimento, sem cansaço, sem temer as pessoas maldosas do mundo, esse era o céu afinal de contas? Consegui chegar onde eu queria? Enfim, minha paz. O clarão nos meus olhos era forte demais que tive que fechar levemente os mesmo até se habituar, então consegui visualizar o local onde estou.Parece um grande jardim cheio de árvores frutíferas, mais a frente parece uma praça com pessoas transitando, todas de branco sem pressa, sorrindo umas com as outras. Quando percebo eu mesma estou toda de branco, sem hematomas, sem nada que me ligue ao local onde estive antes de estar aqui, ainda tentando entender olho ao redor procurando alguém que me explique.Até que me assusto vendo uma pessoa, a pessoa que senti mais fa
KiraSinto dor por todo meu corpo, a consciência retorna como um baque forte, tento me mexer e dói cada vez mais, forço meus olhos pesados se abrirem. As luzes fazem meus olhos lacrimejar, eu poderia dizer que estou no céu, ou no inferno mas eu não teria tanta sorte pois sinto o macio dos lençóis. Ele sempre usou dos melhores lençóis na cama em que me punia como bem entendia, teve um tempo que odiei sentir essa maciez, afinal me lembrava de coisas que eu queria esquecer, só que no fim, nada me faria esquecer, mesmo que eu estivesse em um lençol áspero."Até que enfim acordou, eu estava ficando preocupada." reconheço a voz da minha amiga, até que a vejo me olhar de cima."Ellen." tento falar mas saiu quase inaud&iac
NickelMe preocupei com o que houve com a Madison, eu queria muito poder tirar todos os seus pesadelos, sua dor. Saber que ela sofreu tais coisas que a deixaram com cicatrizes, me deixou com uma sensação de impotência, eu tenho uma porção delas e não são boas recordações.Apesar de que nem ela, nem eu estou buscando seriedade em um relacionamento, eu me sinto ligado a ela, aquela obsessão de ser minha, somente minha, tanto que me assusta, talvez eu não consiga deixá-la ir se fosse o caso. Eu jamais deixei mulher alguma tão próxima da minha mãe, dos meus irmãos, nem mesmo dormir na minha casa, porém, nenhuma mulher levou um tiro por
NickelEu estava odiando ter que passar o dia em reuniões, não só por ser uma reunião chata com pessoas chatas e teimosas. Mas porque eu estou longe da Madison, essas reuniões são externas, e por mais que eu queira muito arrastá-la comigo, eu não posso. Essa parte é algo que poucos sabem, e ela não é um desses poucos para seu próprio bem.As lembranças do nosso fim de semana me aquecem, e me deixam duro, ajusto minha calça enquanto ouço a porra de um italiano falar o porquê que ele quer expandir sua área na minha cidade. Como sou o líder da máfia e eles precisam pedir autorização, eu faço qu
Último capítulo