Cuando me metí a la cama, ella estaba acostada boca arriba, pero se dio la vuelta hacia mi lado y me miro, la lámpara de su mesa noche seguía encendida, me deslice en la cama, hasta que podía tocarla con facilidad, y la atraje hacia a mí.
-Aby, no quiero asustarte, pero… -
-pero… ¿Qué? – respondió ella, acariciando mi mejilla
-no sé si voy a poder mantener mis manos quietas, si estas usando eso –
-¿me estas pidiendo permiso para tocarme? – pregunto en voz más baja, pero al escuche perfectamente
-¿puedo hacerlo? – pregunte en el mismo tono de voz
-no me habría puesto esto, ni me metería en tu cama si no quisiera que lo hicieras –
Ni bien termino de decirlo me moví, llevándola conmigo, y ella quedo debajo de mi, abrió los ojos un poco sorprendida, pero después solo se rio – si algún momento quieres que pare, solo dímelo – le dije antes de besarla
Pero ella no pidió que me detuviera, ni cuando fui mas allá y bese su cuello, tampoco me detuvo, cuando baje los tirantes de su camisón, mis m