CAPITULO 175 ABRIENDO LOS OJOS. Parte I
Samuel Ghill
Observo el periódico, arrugo las páginas donde salen en primera plana la noticia del matrimonio de Valerie y Lumbardi. Hago trizas las hojas, aprieto mi mandíbula, han pasado dos años desde el divorcio y ella, se ha casado con otro. Su boda, es noticia de primera plana publicitaria, no niego cuanto me duele, aún la amo y no hay un día que no la extrañe.
Observo la mesa del frente del mueble donde estoy sentado, con una botella de whisky, una hielera y un vaso con hielo; es mi segundo día de este fin de semana en la sala de mi casa, la que compré para Valerie y Sebastián.
Mi hijo, tengo tres meses que no lo veo, los mismos que tiene Valerie, sin venir al condado, aunque a ella, llevo más de un año sin verla; ya ni siquiera, pisa esta casa.
Dirijo mi mirada hacia el piso, donde están los trozos del periódico. Mi vaso, es el siguiente en hacerle compañía a esos trozos de papel totalmente despedazados.
Nunca he sido un hombre violento, pero últimamente la nostalgia