No sé por que de pronto noto cierto interés de él hacía mí... Será que estoy enloqueciendo y esto es un loco sueño, la verdad es que si es así no quiero despertar.
Parqueó frente a un edificio muy lujoso, un señor nos recibe -Bienvenido señor Rotsel.-Dice el señor.
-Gracias Miguel, como está tu esposa y tus hijas?-Dice él tan cortes que me deja boquiabierta, donde dejó al engreído de hace un momento.
-Bien señor Rotsel, Gracias por preguntar.- responde el hombre.
-Me alegro, nos vemos luego miguel, cuidate mucho- Se despide y me toma de la mano para guiarme hasta el Ascensor.
Subimos y él se agacha para atarse el cordón de su zapato mientras se levanta rosa mi pierna de abajo hacia arriba provocando que dentro mi parezca que un volcán este a punto de hacer erupción, aclaro mi garganta y trato de tomar distancia.
El ascensor se abre gracias a Dios, la vista es preciosa, es una terraza hermosa tiene un barra como de un bar de un lado, plantas ornamentales, un mesa cerca del balcón, y la vista es hermosa, Todo es muy bello y no me puedo creer que un lugar exista, me acerco al borde de unas barandas, el viento golpea delicadamente mi rostro, cierro los ojos por un instante y olvido que tengo compañía, disfruto del aroma del lugar, entre el aroma de las plantas, el perfume de mi acompañante, y el aire fresco sientes que te transportas a otro universo.
Me interrumpe de mi sueño la voz de una mujer, Volteo y es una señora que conversa con Andrew, él amablemente le pidió algunos bocadillos y un par de cafés.
-Alessia ven por favor, Acercate,- dice Andrew.
Hago lo que me dice y le sonrío a la señora.
-Te presento a mi nana, Ella a Cuidado de mi siempre, es mi segunda madre- dice viéndola con ternura.
-Un placer Alessia - digo sonrojada.
-El placer es mio princesa, debes ser muy especia para traerte aquí- Guiña un ojo mientras dice esto último, seguramente le pagó de más para decir eso.
-Nana no seas imprudente- dice él colorado.
-Crees que eres el único que puede ser imprudente- Digo sin tantita pena.