Jeremías
Regreso al sofá donde he pasado las últimas horas y miro fijamente a la puerta cerrada por la que escapó mi esposa. Bebo un trago de mi copa intentando ignorar la sensación de mi pecho, llevo inconscientemente mis dedos a los labios, toco el lugar donde ella me besó e intento mantener la calma que quema dentro de mí.
Camino hacia la mesa donde aún está la botella de ginebra a medio beber y sirvo otro trago para mí.Despues de unos minutos de seguir dandole vueltas a lo que susedío en el parque de atracciones con mi mujer sin obtener ninguna respuesta o mejor dicho, no aseptar ninguna de las ideas que mim emnte proyecta al recordarlo. Regreso mi solitaria habitación e intento convencerme de que solo estoy conmocionado por lo que sucedió.
Ella estaba asustada, la subí a la rueda de la fortuna porque quería divertirme y sé que debí apartarla, pero como le dije antes somos adultos. Tenemos un trato aquí y lo único en lo que debo enfocarme ahora es en mis hijos, en sus necesidades.