—Solo dicen esto con la intención de que mi abuela les perdone por haberte hecho algo malo. Si le perdonas, no sé sabrá cuándo volverán a molestarte. Especialmente mi hermana mayor, ella no es el tipo de persona que crecerá tan fácilmente. Es mejor no ver gente así por el resto de tu vida.

Avery respondió de inmediato.

—Entonces puedes dejar de verme. ¿Por qué no estás cortando los lazos conmigo también? ¿Tiene sentido vivir toda la vida sin ver a tu madre y hermana?

—Aunque somos familia, no todos podemos entender y perdonar—Siguió la fría voz de Damián—Igual que tu familia… Como árbol deben ser podados.

Los ojos de Avery temblaron y se quedó sin palabras.

Mientras hablaba, le vinieron a la mente los rostros de las personas a las que alguna vez llamó su familia.

Su padre Wilson, que abandonó fríamente a su madre mientras estaba embarazada de Avery, la madrastra Claudia, que la casó como si la vendiera para la empresa, y Abigail, que utilizó el abuso verbal y la violencia a su paso. E