Celos

Cuando escuché esa historia, también me acordé de mí mismo riéndome de lo lamentable que era.

No podía creer que hubiera hecho algo tan lamentable. Damián cerró los ojos con fuerza.

—Mierda. Probablemente no querías verlo antes, pero ahora debes estar harta.

Al imaginar la cara de disgusto de Avery, Damián dejó escapar un largo suspiro lleno de arrepentimiento. Aparte de sentirme avergonzado, me preocupaba lo que pasaría si Avery no quisiera volver a verme nunca más.

Damián, con rostro sombrío, llamado Rubén. Antes de que el tono de conexión sonara unas cuantas veces, Rubén contestó el teléfono como si hubiera estado esperando.

[Hola. Vicepresidente.]

Cuando estaba a punto de preguntar qué pasó anoche, Damián se avergonzó, se aclaró la garganta y preguntó con calma.

—¿Qué paso anoche?

[ah… … .]

El breve silencio fue siniestro. Rubén vaciló un poco antes de abrir la boca.

[Recibí una llamada de la señora Avery ayer. El vicepresidente estaba frente a la casa, así que quiero que te busqu
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