―Todo va a ser maravilloso a partir de hoy, tendrás la vida que soñaste y serás muy feliz.
―¿Lo prometes?
―Te lo juro, nena.
Las manos de Cameron vagaron por su cuerpo y pronto acunaron los redondos pechos y estimularon los rozados pezones. Y ella se empujó contra él masajeando su polla. Luego de