―Digamos que es un don.
―Bien, pero te tengo malas noticias, papi ―dijo con sarcasmo ―Para tu mala suerte, existen pruebas y esas pruebas te comprometen.
A pesar de que se puso nervioso, no lo demostró. En cambio, sonrió como si no le importara.
―¿No me crees? ―Stella metió la mano en su bolsillo