La noche avanzaba y la música envolvía el ambiente, pero mi mente estaba centrada en la conversación. A medida que intercambiaba palabras con los asistentes, no podía quitarme la sensación de que Valeria estaba observando cada movimiento.

De repente, sentí una mano en mi hombro. Me di la vuelta y allí estaba Valeria, sonriendo con una amabilidad que no me convencía.

_“ana, me alegra verte tan interesada en el proyecto. ¿Cómo va la investigación?”_ Mi corazón se aceleró. Sabía que debía mantener la compostura.

_“Estoy aprendiendo mucho. Me encantaría conocer más sobre tu visión_ respondí, intentando sonar despreocupada.

_“Lo aprecio, pero recuerda que este mundo puede ser peligroso para quienes no saben en quién confiar,”_ dijo, su mirada penetrante haciéndome sentir vulnerable.

Sentí un escalofrío recorrer mi espalda.

_“Claro, siempre es importante estar alerta,”_ respondí, intentando ocultar mi inquietud. Valeria sonrió, pero había algo en su mirada que me decía que no estaba sola