.—¿Por qué no llamaron? —interrogó.
—Lo hice primero a ti, a tú mamá, sus celulares repicaban y nadie los atendía. Los de mis abuelos apagados y el de Lucca ocupado.
—Mamá y yo dejamos los celulares en casa y mi padre ha estado intentando llamarlos—afirmó ella.
—Bueno mis padres dejaron el celular,