* * * * * * * * * * * Leo * * * * * * * * * * *
—En las fiestas que organizan —me señala.
—¿Qué hay con ellas? —le cuestiono serio y al mirarla con suma atención.
—Tu… madre —añade titubeante y luego, se queda callada.
—Norka, por favor, habla —le pido un poco impaciente ante su prolongado silencio—. Necesito saber lo que me tengas que decir para poder hablarlo con mis padres y solucionarlo —le digo directo—. Si no me dice nada y te quedas callada, poco puedo hacer yo —puntúo muy seguro—. Por favor —susurro al mirarla y tomar las muñecas de sus manos—, dime —le pido delicadamente; y ella suelta un suspiro para después, hablar.
—Una vez —me empieza a contar—, tu madre me desautorizó frente a una de las sirvientas de su casa.
—¿Desautorizarte? —cuestiono extrañado.
—¡Sí! ¡Me desautorizó! —reafirma al soltarse del agarre de mis manos para poder girarse y darme la espalda otra vez.
—¿Qué hizo exactamente? —interrogo serio.
—La estúpida de la sirvienta derramó vino sobre el vestido que me