Una beta para el alfa
Una beta para el alfa
Por: Mss.Lunaria
Prólogo.

― β ―

Raine Dubois:

–Tiene que ser una broma…–gruñí con los dientes apretados

Nada más entrar al salón principal del hotel, justo frente a mis ojos, estaba el que se suponía era mi compañero, alzando su copa frente a todos sus invitados mientras que, con su otra mano, sujetaba a una hermosa loba castaña de la cintura.

–Alan, me largo –le avisé a mi alfa antes de dar media vuelta para marcharme

–No vas a ningún lado Rai-Rai, acabamos de llegar –me dijo Alan sujetándome del codo

–Hay muchos lobos reunidos aquí Rai, seguramente encontrarás a uno que te ayude a olvidarte de Vince –me dijo Brenna, la compañera de Alan y mi Luna mientras se aferraba a mi brazo–Y si no te gusta ninguno, beberé contigo hasta que lo olvides –

–Cariño, no quiero a mi Luna y a mi beta borrachas, al menos no esta noche –le susurró Alan a Brenna mientras que, entre los dos, me arrastraban al interior del salón

–Esto es abuso de poder, quiero irme a casa ahora mismo –gruñí tratando de librarme ambos

–Rai-Rai, nos está viendo, ¿puedes comportarte? –me pidió Alan en voz baja

–Está bien, sólo suéltenme –gruñí con fastidio al notar que, de hecho, era cierto –Puedo caminar yo solita –

Dubitativo, Alan me soltó, Brenna por otro lado, se aferró más a mi brazo y le dirigió una amable sonrisa a su compañero.

–Guíanos amor, yo me aseguraré de que nuestra linda beta no se escape –

–¿Qué significa eso? –pregunté fingiendo indignación, Bren había olido mi plan, maldigo la hora en la que me empecé a llevar bien con ella

–Que te conocemos bien –susurró Alan dirigiéndole una pequeña inclinación de disculpa al alfa anfitrión, quien por fin parecía haberse percatado de mi presencia

“Oh lamento arruinar tu precioso momento, idiota”–dije para mis adentros

–¿Por qué nos está viendo alfa Turner? –preguntó Brenna en voz muy bajita mientras avanzábamos por la orilla del salón

–Seguramente por culpa de Raine –gruñó Alan avergonzado cuando el resto de los presentes dirigieron su mirada hacia nosotros

–Lo siento Al, no quería avergonzarte… –

No mentía, suficientes problemas suelo causarle con mi actitud, lo último que quería en ese momento, era ponerlo en ridículo frente a todos los alfas que estaban reunidos en esa fiesta de compromiso.

–No importa Rai-Rai, me disculparé con Cole más tarde –

En completo silencio y con los ojos de todos en nosotros, los tres nos dirigimos a nuestra mesa, donde al llegar, Alan apartó una silla para su Luna y después otra para mí.

–Al, ese es mi trabajo –

–No te acostumbres, sólo lo hago porque esta noche tienes el corazón roto –me dijo Alan antes de pellizcarme la nariz

No me atreví a responder, pues mi querido amigo, no tiene ni idea hasta qué punto son verdaderas sus palabras.

–Venga, siéntate –dijo Al tomándome de la cintura para empujarme a mi asiento, cuando de repente, un furioso gruñido resonó por todo el salón haciéndome estremecer al igual que a Alan.

–¿Qué diablos? –pregunté dirigiendo mi mirada al alfa responsable solo para descubrir, que había sido mi supuesto compañero

–Alfa Turner, por favor disculpe la interrupción –se apresuró a decir Alan –No queríamos…–

–No es eso Alan –le dijo alfa Turner –Es sólo que, la loba a…–

–¡Papi! –gritó una niña, la cual, subió al escenario y corrió torpemente a donde estaban el alfa y la castaña, la cual, a mi parecer, estaba algo irritada con la intrusión de la niña

–Kat, cariño, te pedí que nos esperaras –dijo la loba castaña, la cual, se apresuró a levantarla en brazos antes de que la pobre niña tocara al alfa –¿Audrey? –

–No es necesario que llames a mi gamma Danielle –dijo alfa Turner tomando a la niña de sus brazos, la cual, se apresuró a abrazarlo del cuello, rayos, son idénticos.

“Tienes que estar bromeando ¿Tiene una hija?”–gruñó mi loba en mi interior

De acuerdo, ahora si quiero salir de aquí, que le den a Alan, ya se las arreglará, después de todo, él y alfa Turner son amigos.

–Quieta –me gruñó Alan al mismo tiempo que me apretaba el hombro al sentir mis intenciones

Maldición…

–¿Cómo que no es necesario Cole? –le preguntó la mujer llamada Danielle

–No puedo continuar con el discurso, debo atender a Kat –

Visiblemente irritada, la tal Danielle sujetó el brazo del alfa Turner y le susurró algo que no pude escuchar, pero lo que haya sido, hizo gruñir al alfa.

–Por favor discúlpenme, disfruten de la fiesta –dijo alfa Turner antes de dejar el escenario rápidamente y desaparecer por una de las puertas laterales del salón.

Visiblemente avergonzada, Danielle hizo una rápida reverencia y se apresuró a alcanzarlo, lo que nos dejó a todos los presentes en shock.

La pareja anfitriona se había marchado.

Gracias a la gran cantidad de lobos presentes, el aroma de mi compañero no tardó en desvanecerse, por lo que no pude evitar soltar un suspiro aliviado que no pasó desapercibido para Brenna.

“¿Qué sucede Rai?” –me preguntó Brenna por el enlace, pues el salón se había quedado en un silencio sepulcral

“No es nada Bren, solo me alegro de no tener que escuchar un estúpido discurso romántico tras mi asunto con Vince”

Era una verdad a medias, ciertamente, la tarde anterior, había renunciado al amor tras descubrir el engaño de mi ex, y ahora, encontrar a mi compañero presentando a su futura esposa, sin duda me hizo reafirmar mi decisión sobre renunciar al amor.

Apenas tenga la oportunidad, rechazaré al idiota, que ni piense que dejaré que sea él el que me rechace.

Poco a poco, el ambiente se fue relajando, sobre todo, cuando la música comenzó a sonar suavemente por todo el salón, lo que, por fin, dio paso a que las conversaciones comenzaran a propagarse por todo el lugar.

–Whisky para los tres –le indicó Alan al joven mesero que se había acercado a nosotros para preguntarnos que deseábamos beber –Que no paren –

–Oh, pensé que no querías que nos emborrachemos –dijo Brenna inclinándose sobre Alan cuando el joven camarero asintió y se marchó

–Pensé que las necesitaría sobrias, pero si Cole se ha marchado a medio discurso, significa que no piensa volver –

–¿Cómo de que no? ¿Qué pasa con el anuncio? –pregunté sorprendida

–Tal vez nos perdimos esa parte del discurso, te recuerdo que llegamos tarde –dijo Alan dirigiéndome una mirada mortal

–Te dije que no quería venir –me defendí

–¿Cómo se supone que iba a venir sin mi beta? –preguntó arqueando una ceja

–Tienes una gamma, Jess estaba que se moría por venir –

–Olvídalo, tenía que sacarte de tu cueva –me dijo Alan –No puedes deprimirte por un imbécil que no te supo valorar –

–¿Quieres que lo echemos? –me preguntó Bren en un tono juguetón, lo que, de hecho, me hizo sentir mejor

–No puedo echarlo por ser infiel cielo –le dijo Alan –Pero puedo mandarlo a los límites de la frontera este –

–Mejor a los de la zona sur –sugerí, ya que, la frontera sur, era la zona más peligrosa de nuestro territorio, pues esta, era constantemente acechada por salvajes

–Eres cruel –me dijo Alan riendo –Bien, al regresar, lo enviaré a la zona sur por un mes –

–Eres el mejor alfa –dije al tiempo que lo abrazaba por el cuello como una chiquilla, lo que hizo reír Brenna

–En eso estoy de acuerdo –dijo Brenna también abrazándolo –Eres el mejor mi amor –

Entre risas y alcohol, por fin comencé a relajarme, además, según Alan, mi compañero no volvería esa noche, por lo que decidí que haría lo que mi alfa y mi Luna me habían dicho más temprano ese día, mandar todo al diablo y divertirme.

― α ―

Cole Turner:

Apenas dejé el salón principal, me libré de Danielle y me apresuré a la suite donde Kat y yo nos quedaríamos esa noche, la cual, estaba en el último piso, lo que me venía de maravilla, pues ya no tenía pensado volver a la fiesta, ya no tenía sentido hacerlo.

Mi estancia en el infierno por fin llegaría a su fin.

–Papi, ya no quiero fiesta –me dijo mi cachorra favorita con voz somnolienta mientras se acurrucaba contra mi

–Esta bien princesita, vamos a dormir –le dije en voz queda mientras caminaba por el pasillo vacío de nuestro piso

Al llegar a la suite, la llevé directa a su dormitorio, donde la ayudé a cambiarse y la metí en la cama, como de costumbre, le conté un cuento, pero al igual que siempre, se quedó dormida justo a la mitad, por lo que besé su frentecita y salí de la habitación.

–Muy bien, habla –me exigió una voz nada más cerrar la puerta del dormitorio de Kat

–¿Qué quieres Henry? –le pregunté a mi beta

–¿Cómo que qué quiero? ¡Dejaste a todos los alfas plantados! ¡Ni siquiera anunciaste el compromiso con Danielle! ¿Sabes lo que nos va a costar eso? –gruñó irritado

–Tal vez nada –dije sin poder esconder mi sonrisa

–Si no se trata de tu pareja, no quiero saber nada –dijo Henry derrumbándose en el sofá de la sala de estar al tiempo que se frotaba las sienes –Se nos acaba el tiempo…–

–Henry, se trata de ella –dije apresurándome a sentarme a su lado –Mi compañera está aquí…–

–¿¡Qué has dicho!? –preguntó sorprendido –¿Quién es? ¡Dime de quien se trata! –me exigió al tiempo que se ponía de pie –¡Vamos por ella! –

–Espera –dije al tiempo que lo sujetaba del brazo, pues mi beta, estaba a punto de dirigirse a la salida –Ella vino a mi fiesta de compromiso, debe de estar pensando lo peor de mi justo ahora –

–Ya se lo explicaremos, ¡vamos a buscarla! –

–No Henry, verme junto a Danielle debió ser un golpe duro para ella…–

–¿Tienes idea de quien es? –

–No –admití, pese a que había llegado con Alan, no tenía ni idea de quien era.

Debido a que tomé el puesto de mi padre como alfa a los dieciocho, dejé de tener tiempo para los amigos, por lo que los perdí a casi todos, el único que se mantuvo ahí, fue Alan.

–Creo que es la gamma de Alan –especulé, pues, al no haber podido ir a su sucesión, no conocía a su equipo, sin embargo, él me había dicho que su compañera no era peleadora, por lo que su gamma, solía acompañarla a todos lados para protegerla

–Bueno, ¿Qué tal si vamos a averiguarlo? –sugirió Henry –Es un buen día para reencontrarte con el buen alfa –

Pese a lo inseguro que me sentía, accedí, deseaba verla otra vez, no, más bien, necesitaba verla otra vez, además, el hecho de que perteneciera a la manada de Alan, por algún motivo, me alivió muchísimo.

Con paso presuroso, ambos salimos de la suite, mientras caminábamos por el pasillo desierto, contacté con Audrey por medio del enlace para que subiera a cuidar a Kat, al principio, se molestó por mi petición, al parecer, el ambiente de la fiesta era bueno, pero en cuanto le expliqué mis motivos para que subiera, accedió encantada, al parecer, a todos les urgía que encontrara a mi compañera.

Sobre todo, a mí.

Cuando por fin llegamos al primer piso, Henry y yo nos apresuramos al salón, sin embargo, a medio camino, la puerta del baño de damas que estaba junto al salón se abrió de golpe, y de él, salieron dos lobas, una de ellas, era mi compañera, la cual, nada más verme, se encaminó tambaleante en mi dirección.

Estaba borracha.

–¡Tú! –me gritó al tiempo que me apuntaba con un dedo –¡Lo sabía! ¡Eres igual a todos! –

–¿Perdona? –pregunté confundido

–Tras ser engañada por mi exnovio, mi alfa y mi Luna me arrastraron a esta estúpida fiesta para sacarme de mi miseria ¿y qué es lo primero que me encuentro? –me pregunta al tiempo que presiona mi pecho con su dedo –A mi estúpido compañero anunciando su compromiso con una loba que no soy yo –

Tras su declaración, dos jadeos sorprendidos resuenan cerca de nosotros, sin embargo, yo no tengo ojos para nadie más, sólo para ella.

Por la diosa, es hermosa, sus mejillas sonrojadas por el alcohol la hacen lucir muy tierna, sin embargo, la palabra "engaño", comienza a resonar en mi cabeza.

¿Alguien se atrevió a lastimarla?

–Por favor, ven conmigo, déjame explicarte, todo tiene un motivo –intenté razonar con ella, sin embargo, con una fuerza increíble, ella me empujó y me dedicó una mirada llena de odio

–¡No volveré a creer en nadie! –exclamó hipando, realmente estaba muy borracha –Se acabó, yo ya no creo en el amor, acabemos con esto de una buena vez –dijo al tiempo que retrocedía dos pasos lejos de mi –Yo, Raine Dubois, beta de la manada Terranova, te rechazo a ti…–

Sin darle la oportunidad de terminar su rechazo, me lancé sobre ella y la acorralé en la pared mas cercana al tiempo que cubría su boca con una mano.

–No vas a rechazarme Raine Dubois, tu eres mía –gruñí antes de apartar mi mano de sus hermosos labios para poder estrellar mi boca en ellos.

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