Keeva escuchó los pasos apresurados y las lágrimas comenzaron a caer por sus ojos sin siquiera verla, era su madre.
Su madre la estaba buscando para escapar.
- ¡Keeva!- exclamó al encontrarla encadenada al árbol para evitar que huyera, al fin y al cabo, ella era el mayor botín, no solo destruirían