Capitulo 34. La deje libre

Verla tan vulnerable, pero a la vez tan rebelde, solo le encendía más la sangre. Rouse causaba una extraña sensación en su interior que no había experimentado ni con la misma Victoria.

—¿Por qué me estás mirando de esa manera? ¿Acaso te recuerdo a alguien? —Tom fijo la mirada en los ojos de Rouse, parecía molesta.

—¿De qué hablas?

—¿Piensas en ella, no es así? —Tom se echó un poco hacia atrás —. En Victoria, la hija de Joy.

—¿Cómo sabes de ella?

—¿Qué sentiste cuando me viste usando unos de sus vestidos? ¿Eh? ¿Me comparaste con ella? ¿Cuándo me hiciste el amor en el rancho, imaginaste que era ella?

Tom estaba siendo bombardeado a preguntas que no deseaba responder, poco a poco fue soltando las muñecas de Rouse al tiempo que se alejaba de ella. Lleva la mirada hacia otro lado y piensa en Victoria y lo que vivió con ella.

—No me equivoque —Rouse se arrastra por el agua alejándose de Tom —. Pensabas en ella, porque no la puedes olvidar, y a mí, solo me usaste. Joy dice que me parezco a e
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