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En la casa del CEO William Robinson.
El hombre ingles recién ingresó siendo recibido por la ama de llaves.
— Señor… ¿Está usted—
William asintió rápidamente sin darle tiempo a la señora mayor de hablar.
— Lo sé, ella se quedará a vivir aquí… Solo trata a Isabella como una invitada especial, más no permitas que cruce esa línea.
Clarisa hizo un gesto de preocupación y asintió con su cabeza.
— Entiendo señor, haré tal como me dice.
— ¿Dónde está ella ahorita? — Preguntó el hombre rubio.
— En el jardín trasero, dijo que tenía ganas de nadar y ya que es una agradable noche… Está ahí. La señorita Isabella Wilson se ha portada bastante decente, lo que me parece extraño.
— Por supuesto que se va a portar bien, quiere que baje la guardia con ella. — Decía William comenzando a subir las escaleras rumbo a su habitación.
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