Brock
—Luego te juré que te iba a casar bien, ¡Demonios, no quería que te casaras con nadie! ¡Sabía lo que iba a pasar! Ibas a ser infeliz, te iban a maltratar y yo ni me enteraría, pero tendría la convicción de que fuera así. Y yo era tuyo, demonios era tuyo y no sabía si me querías. Tú tenías esos vestidos hermosos bailando con esos señores… partida de imbéciles… y yo te veía de lejos. Un par de días bailaste conmigo… sabes que no bailo, pero por ti yo haría eso y más— digo esperando, soñando que ella me escuche. Pero no sé si lo hago por ella o por mí, para sacar un poco de lo que tiene mi cargado corazón.
—Y el maldito de Blatta… debíamos haberlo exiliado solo con saber que era un espía. No debió nunca tocarte y tampoco al zorro ¿Cómo se atreve?— sentía mi frente palpitar del odio recordando todo esto. Memorias espantosas, pero que nos trajeron hasta aquí, ella, mi esposa, yo hablando con ella aun sin saber si me escucha.
—Ahora… ahora volvería en el tiempo y te miraría a los o