Abi acompañó a los hombres hasta la mesa y luego llamó a los niños para que se sentaran a comer.

Lucca experimentó una profunda satisfacción al ver a Marco tan animado junto a sus hermanas. Sabía que esas niñas podrían ser la clave para ayudarlo a superar su timidez.

Durante la cena, el tema delicado quedó en silencio. La conversación se centró en las niñas, sus clases en el conservatorio, la música, la escuela y sus pasatiempos favoritos.

Al terminar la comida, Beca y Bella se dirigieron a sus pianos y tocaron "Para Elisa" de Beethoven. Lucca cerró los ojos y se sumergió en la música, evocando recuerdos de su madre y los momentos felices que habían compartido. Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. En ese instante, comprendió que había perdido a Abi para siempre. Decidió que no insistiría más, ni en el negocio ni en intentar recuperarla. Regresaría a Italia con Marco y se dedicaría a disfrutar de sus hijas, a pesar del dolor de verla casada con John.

Abi observó la tris