CAPÍTULO 93: RASTREO
Anthony lleva horas buscándola. Primero fue a la comisaría para ver si estaba ahí con el detective, pero Michael no estaba. Luego condujo hasta su casa. Encontrarla no fue difícil; ya había investigado su dirección cuando el detective comenzó a husmear donde no debía, pero Katherine tampoco está ahí.
Desde su auto, observa cómo Michael llega solo, se baja del coche y entra en su casa como si nada hubiera pasado. Anthony aprieta la mandíbula. No puede acercarse a preguntarle si la ha visto; sería demasiado sospechoso.
—¡Maldit4 sea! —gruñe, golpeando el volante con el puño.
Está solo. Dejó a Alessandro encargándose de conseguir las grabaciones de seguridad del vecindario, la última pieza del rompecabezas.
Si Katherine no fue a la policía, como dijo, entonces ¿dónde demonios está?
La duda comienza a carcomerle la mente, filtrándose como veneno en sus pensamientos. «¿Y si huyó porque sabía que descubriría la verdad? ¿Y si realmente me ha traicionado?»
La posibilidad