En la habitación del hospital, Vivienne sintió que el peso de una conversación seria se cernía sobre ella. Mirando a los ojos de su padre, Orfeo, dijo seriamente:
- Papá, tenemos que hablar.
Orfeo, dándose cuenta de la seriedad en la expresión de su hija, asintió, preocupado:
- Por supuesto, cariño. ¿Sobre el bebé?
Vivienne dudó un momento antes de negar con la cabeza.
- No, papá. Se trata de algo mucho más serio. - Respiró hondo, preparándose para compartir un secreto que la había estado atormentando.
Curioso y aprensivo, Orfeo preguntó:
- ¿De qué se trata, Viv?
Miró a su padre con expresión seria y dijo:
- Sobre el abuelo.