Capitulo 339
Tras una pausa, Arthur sonrió y añadió: «Es una lástima, Sra. Rehinaldi. El costo de la vida está altísimo. Va a ser difícil sobrevivir sin dinero».
Camila comprendió de inmediato lo que quería decir. Su expresión se ensombreció y preguntó con enojo: «¿Le hiciste algo a mis tarjetas de crédito?»
—Puedo hacer lo que quiera con su tarjeta, y más aún con la tuya —se burló Arthur.
Su voz arrogante le dio un fuerte impulso de despellejarlo vivo. Sin embargo, Camila respiró hondo varias veces y logró controlar su ira. Luego le dijo con firmeza: «Arthur, no serás presumido por mucho tiempo».
—Oh, ¿parece que quieres pelear conmigo, Sra. Rehinaldi? —Arthur rió suavemente— y agregó: Por cierto, todos los documentos de identidad de mi hermano menor ya no son válidos. Aparte de los autobuses urbanos y el metro, no creo que pueda usar ningún otro medio de transporte.
Temblando de ira, Camila gruñó con los dientes apretados: «Eres un monstruo».
—Gracias por su cumplido, Sra. Re