—Leo…
—Entonces empecemos, tenemos que actuar como unos esposos enamorados —resopla—, eso es cliché y no me gusta ese tipo de drama, pero es lo que quiere la organización.
Entonces eso quiere decir que acepta mis condiciones, que no tiene otro camino y que las cosas se harán a mi manera. Sorprendente, eso me gusta porque me siento poderosa.
—Te tiene que gustar, ¡amor! —enfatizo y él gruñe.
Soy una amante de las novelas cliché, y por ende no me gusta que hable de esa forma. Comprendo que no me casé como lo soñé, pero por eso no me puedo amargar, busqué mi salida y la encontré.
—Mejor tomemos whisky —dice el hombre que aún no me grabo su nombre en mi mente.
—Tomemos —dice tras levantarse y posarse ante mí—, serás mi esposa, pero a mi modo—susurra cerca de mi oído tras sentarse nuevamente y yo palidezco.
Esas palabras no son las que esperaba, pero es un comienzo, dado que no quiero que me siga tratando como su enemiga. Lo único que quiero es una oportunidad y que su corazón se vuelva a