Armando se veía como un actor de películas, luciendo un atuendo deportivo y gafas de sol negras, tremendamente sexy: la tomó de la mano y caminaron hacia las gradas del jet, los pilotos saludaron a Armando con confianza.
—Erick, Robert, les presento a mi novia Edith —los guapos pilotos de unos 45 años le extendieron la mano muy amables.
—¡Mucho gusto! —les contestó