Cuando se apartó, ambos tenían la respiración entorpecida. A duras penas tratando de recuperar el aire que exigían sus pulmones. La mujer se enrojeció hasta la médula y trató a fingir que lo ocurrido no le afectaba en absoluto, pero en su expresión era más que evidente que aquel beso le aturdió mucho.
Que lo que creyó extinto, en realidad seguía quemando.
—Maxwell...
—Aria, aún después de esto, ¿vas a seguir fingiendo que no sientes lo mismo? —inquirió de manera atrevida y ella en lugar de darle una respuesta solo lo abrazó y no quiso soltarlo, él frunció el ceño, pero devolvió el gesto —. Debería tomar esto como un sí... Lo haré.
Ella de inmediato se separó y sonrió fugazmente. Si bien era cierto que habían pasado demasiadas cosas entre ellos y ahora la reconciliación tan esperada se sentía también precipitada, más bien inesperada, sus sentimientos hacia Maxwell nunca antes habían estado tan claros como ahora, pero el miedo también seguía palpitando dentro de ella, casi como una b