Capítulo 50.
Detuvo sus besos, chocando su frente con la mía, con la respiración agitada, intentando pensar con claridad que era lo que estábamos haciendo, mientras yo me obligaba a mí misma a mantener los ojos cerrados, aterrada que al abrirlos todo aquello no fuese más que un sueño.
- No te vayas – rogué, haciendo que él apretase mis caderas con las suyas, haciéndome abrir los ojos para mirarme – quédate
- No quiero sólo acostarme contigo y que al terminar vuelvas a dejarme, Alicia – me explicaba, intentando hacerme comprender cuan le dolía todo aquello – lo que necesito de ti es mucho más que esto.
- Joel – insistí, mientras volvía a abalanzarme sobre sus labios, besándolos con aquella necesidad que irradiaba de mi cuerpo, agarrándome a sus homb