De repente Elisa sintió que la levantaba, enredando sus piernas alrededor de él, y la llevó violentamente contra la puerta de la habitación.
—¡Ahhh! —jadeó ella desesperada mientras sentía la erección de Kainn presionando ferozmente contra su cuerpo.
—¿Solo eso...? ¿Ni mi nombre vas a decir? —la p