Desperté con mi cabeza palpitando con fuerza; el dolor había disminuido, pero aún no me sentía del todo bien; abrí poco a poco los ojos y me encontré con la imagen más adorable que habían presenciado mis ojos.
Nick, Santiago y Connor dormían como bebes; Connor se abrazaba a Santiago, mientras que Nick solo estaba inmóvil y con una expresión de completa paz en su rostro; se veían muy lindos, pero lo que lograba conmover mi corazón era el hecho de que los tres se habían quedado a mi lado cuidándome, esos tres se habían ganado mi corazón en muy poco tiempo y estaba agradecida por su amistad.
Me quedé tranquila observándolos dormir, hasta que recordé algo importante y me moví despertando a los chicos.