Camino a la mansión Diamantis, Sasha y Franco todavía seguían muy débiles, apenas podían estar conscientes, les fueron colocados unas intravenosas con suero vitaminado, los dos mafiosos habían padecido demasiado todos esos meses en la isla, lo único bueno que sacaron de ahí, fue que les ayudó a sobrevivir
El piloto aterrizó por fin en la mansión, Dominic Diamantis tenía la mirada fija en sus movimientos hasta que paró, los rescatistas bajaron a los dos náufragos en la camilla, de prisa caminaban hasta su benefactor
Sasha abrió los ojos y reconoció su hogar, todo alrededor le era familiar, Franco no brincaba en un pie de felicidad por qué todavía no podía, pero poco le faltaba para hacerlo
¡Sasha!
Dominic se acercó apresurado hasta su sobrino. - Sasha estás vivo, lo sabía, sabía que un gran capo como tú, no podía morir tan fácilmente, tus enemigos se van a quedar con las ganas de verte muerto
Tío Dominic, ¿fuiste tú verdad? tú mandaste a los rescatistas a buscarnos, a pasado ya mucho t