Emily.
—Hello baby —dije con una sonrisa.
—Hola —respondió como si su voz estuviese apagada.
—¿Qué ocurre? —pregunté con el ceño pronunciado.
—No es nada… ¿Qué harás ahora?
Estaba extremamente cansada, lo que más deseaba era ir a casa y acostarme para comenzar a destilar babas en la almohada, de hecho, solo pensarlo me estremecía el cuerpo de la deliciosura. Pero sabía que Mad no estaba bien.
—Pues podemos ir a tomar algo —le respondí—. Así me cuentas qué pasa contigo.
—Pues está bien el plan —dijo aún con su voz baja.
—Bien, te espero en Harriest
—Bien, ¿puedes esperarme unos veinte minutos más?
—¿Veinte minutos? ¿No estás saliendo ah
Emily.La universidad de Cambridge está a reventar, muchos reporteros y estudiantes se conglomeraban en el auditorio principal donde el escritor Dominic Black se presentará en unos minutos, no he parado de caminar y de hacer tareas que Jeremy me dispuso desde el momento que llegué al auditorio. Ahora mismo tengo un pase que cuelga por mi cuello que les dice a todos, que puedo danzar libremente por todo el lugar.Jeremy tenía razón, no lo vería casi nunca, y así había sido, me presentó un montón de gente que al cabo de una hora parecían mi familia, todos trabajamos para que se dieran muy bien las cosas y la verdad tenía los nervios de punta cuando estuviera al frente de uno de los autores más famosos del reino unido.La convención comenzó unos minutos más tardes mientras muchos peleaban por obtener un puesto, nues
Emily.La vibración de mi celular y el nombre de Mad, aparece en la pantalla sacándome de mis pensamientos miserables.—Amiga —respondí con una sonrisa.—Emi, ¿crees que pueda quedarme hoy en tu casa? —mi ceño se arrugó y luego un largo silencio prosigue.—Claro —respondí con miles de dudas en la cabeza—. ¿Está todo bien?—N-no… —la voz quebrada, y temblorosa de Mad puso mi piel de gallina—. No quiero hablar ahora Emi, nos vemos en tu casa…—Si por supuesto…. ¿Mad?Cuando ella no me respondió, me quité el auricular de la oreja para revisar la pantalla y la llamada se canceló. Sentí un poco de aprensión en el pecho, revisé el reloj y decidí que seguiría trabajando rápido para pedi
Emily.—Emily… —escuché muy en el fondo de mi cabeza. Y quería reaccionar, quería parecer que esto no era nada para mí, pero el cuerpo me temblaba. Estaba… furiosa, nerviosa hasta la mierda y con una invasión de celos que me estaba comiendo el alma.Intenté desviar la mirada, y hacer caso a la voz que estaba llamándome por mi nombre. Pero mi cabeza no se movía. Yo solo podía ver como las manos de Sara, paseaban por el cuerpo de Alex cada vez que quería, se tomaban de la mano, ella reía y él correspondía a todo. A todo…—¡Señorita Baker! —ese fue el recurso que Jeremy utilizó finalmente para llamar mi atención. Giré de golpe y él estaba entre molesto y confundido.—L-lo… lo siento mucho Señor William &mdas
Emily.“La recompensa por la conformidad es que le gustes a todo el mundo, excepto a ti mismo.” — Rita Mae Brown.Tomé un suspiro fuerte, y me giré de golpe para enfrentarlo—Estoy trabajando —dije como por decir cualquier cosa.—¡Me importa una mierda!Mi rostro se transformó e iba a gritarle de todo en la cara, cuando tomo mis brazos me giró y me frenó en seco hacia la pared arrinconándome con su cuerpo.—¿A qué estás jugando? —preguntó muy molesto, estrellando su aliento en mí a la vez que el pecho subía y bajaba.—No sé de qué hablas, pero por supuesto nada de lo que hago, para ti es importante…Su sonrisa salió cínica.—Tú no sabes nada, cara,
Emily.—¿Todo va bien? Te vi un poco ida al final… —preguntó por fin mi feje cautelosamente, después de un largo rato silencioso.—Lo siento, es cansancio —dije girando hacia su rostro con duda—. Pero todo está aquí. Debes darme algunos días para poder presentarte algo bien hecho.—No te preocupes por eso —respondió deteniendo el auto frente a mi casa—. Lo digo más por ti, creo que tú animas cambio.Asentí.—Hay algunas personas importantes para mí, que han estado haciendo cosas que me hieren…No sé por qué dije la frase, pero, sino que decía una palabra iba a estallar. Creo que hubiese preferido otra cachetada.—Lo siento mucho Emily, pero déjame decirte algo, mientras el hombre sea hombre, siempre fallará. No h
Narrador…Alberth, Adele, Emily y su amiga Mad entraron a recepción muy agitados, dando el nombre de Sara Baker para saber en dónde la podían encontrar.—Solo pueden entrar familiares, esta es la hora de visita así que pueden pasar todos juntos, si son familiares —acentuó la enfermera otra vez al finalizar.—Todos somos familia —respondió Emily adelantándose a cualquier comentario tomando la mano de Mad.La enfermera asintió y le indicó el pasillo por el que debían ir.Todos caminaban apresurados y cuando llegaron a la puerta indicada, Adele no dudó en abrirla de inmediato.Sara estaba en la camilla con las manos de Alex sobre ella. Aunque el corazón de Emi saltó en seguida, trató por todos los medios de tragarse todo lo que se arremolinó en su pecho.—&iq
Emily.El fin de semana pasó como un rayo, volví a mi rutina de trabajo dando gracias al cielo por ocuparme de las cosas que realmente debía gastarle energía.Mi cabeza no cesaba de pensar todo el tiempo, cada hora y cada minuto sobre la supuesta dolencia de Sara. Ella había sido dada de alta el domingo por la tarde. Mis padres y Andrés fueron a verla al hospital, y cuando llegaron a casa, sus caras estaban lo bastante largas como para querer hacerles todo tipo de preguntas.Básicamente Alex nunca quiso despegarse de ella, y Sara tampoco permitió que mis padres fueran a su apartamento a ver si necesitaba ayuda allá. Estaba convencida de que esta era otra de las cosas que Sara estaba haciendo para conquistar a Alex, y de cierta forma la aplaudía, porque en comparación a mí, yo estaba aquí, sentada, hecha una mierda, esperando que
Emily.Mi cabeza estaba gacha como si tuviese que esconderla, veía la situación como si estuviera por fuera de la mesa. Todos actuaban con normalidad, aunque cada uno sabía que había una tensión apremiante; cuentos, recuerdos y palabrera junto con las risas de todos se impregnaban en mis oídos.Nunca en mi vida deseé no ser parte de esto, parecía que estaban cómodos y felices, pero yo no me sentía para nada feliz. Suspiré mientras miraba el plato, no me apetecía para nada comer, y aunque la comida realmente si se veía deliciosa como se lo escuché a Alex hace unos minutos, lo único que quería era dormir hasta olvidar todo esto.—Creo que Andrés será el último en darme nietos, y Emi está muy enfrascada aun en su trabajo, así que pongo la esperanza por ahora en Sara —di