—Los días pasaron, entre el ir y venir de los trabajadores de los Becker, no quise que vendieran la casa, el señor Becker muy amablemente me dijo que le dijera que tipo de remodelaciones quería, mando a hacer una piscina en el patio trasero para los niños, en medio de toda esta felicidad y algarabía falta él, aunque no quiera reconocerlo
—Tranquilo amor, él se dará cuenta de lo estúpido que está siendo y vendrá de rodillas pidiendo perdón, solo espero que no sea tarde
—¿Enserio lo crees Raúl?
—Estoy más que seguro Harper, al menos por los niños puede venir a poner la cara
—Me estas tratando de consolar de esta manera
—No solo quiero que dejes de esa carota y te pongas algo contento ya que mis hermanos y mi padre estan por llegar Leticia y Fabricio aun no estan listos, no dejan que las niñeras los cambien
—¡Raúl! Sabes que a ellos no les gustan los extraños, y ellas lo son para ellos deberías haberla ayudado en vez de ayudarme a mí, saca la mano, hable en un jadeo
—Tenemos día