Estar aquí afuera de la habitación me llena de desesperación, no sé
como se encuentran mi hija y mi esposa, me siento muy culpable con
todo lo que paso.
¿Ahora que voy hacer? ¿Qué dirán mis padres de todo esto? ¿Es mi
hijo realmente? La última vez que estuve con ella recuerdo que
usamos protección, esto no puede ser posible.
Puedo ver como la Doctora comienza a aproximarse a mí, mis manos
comienzan a sudar de los nervios.
- ¿Es usted el esposo de Nicol Silva? –
Lo veo fijamente a los ojos.
- Si, soy yo, dígame ¿Cómo esta ella? ¿Cómo esta mi hija? –
- ¡Descuide! Le hemos puesto un calmante y ahora mismo se
encuentra sedada, la niña también esta muy bien pero todavía no es
tiempo de su nacimiento –
Sentí un gran alivio al saber que las dos están bien, ya que no me
perdonaría jamás si a mi propia hija le pasaba algo por mi culpa.
- Muchas gracias Doctora, estaré aquí – Veo como la Doctora se aleja
de mí y tomó asiento en la sala de espera al mismo tiempo que tomó
mi teléfono celular para