Me muerdo el labio inferior tratando de pensar en alguna excusa, no podía decirle que Bastian, nuestro vecino, el chico que no le agradaba, se encontraba en mi habitación y me había visto semidesnuda.
—Por nada especial, solo me pareció más cómodo —digo lo más natural posible.
—Entiendo, bueno, me retiro, nos vemos luego ¿está bien? —Milan se dirigía a la salida.
—Sí —le sonrío.
Milan salió y yo me vestí rápidamente, no era bueno que un desconocido estuviera en mi habitación, cuando terminé entré a mi cuarto pero ya no se encontraba Bastian.
Sent