Baltazar queria golpear a esa joven, nunca había maltratado a una mujer, pero sentía que en esta ocasión lo mejor era una buena sacudida de ideas estúpidas y ver si con eso la razón regresaba a ella.
— Escucha pedazo de… — se giró con furia apenas ingresaron en el amplio jardín, estaba más que dispuesto a no solo gritarle, también golpearla si era necesario.
— No le digas a mi mamá, te lo suplico, por favor no lo hagas. — la joven ya no se veía altanera, mucho menos desdeñosa, ahora solo el terror bailaba en sus ojos.
— ¿Tan mala es tu madre? — indago sin demostrar lo preocupado que estaba, tener una abuela como Candy, cambiaba mucho a los jóvenes de la familia, y como no hacerlo, el tipo de maltrato que su abuela había sufrido de niña era algo que nadie merecía.
— Mi madre es