Lenin ni se molesta en hablar con él.
Rebeca no contestó cuando le oyó decir eso.
A Logan no le importaba que nadie le hiciera caso, y viendo que la taza de Rebeca estaba a punto de tocar fondo, las rellenó a ella y a Lenin.
Durante la comida, Rebeca hablaba con Lenin y Carolina.
No se sabía si Logan se dio cuenta de que no quería hablar con él, o si este tampoco quería hablar con ella.
Poco después de las dos de la tarde, cuando todos estaban a punto de abandonar la casa de los Pedroza, Rebeca recordó de pronto que llevaban casi cuatro horas en la misma sala sin decirse una palabra...
Lenin, naturalmente, era consciente de ello.
Pero Logan no iba a cambiar, y Rebeca había dejado atrás sus sentimientos por Logan, y no les había pedido que vinieran hoy para que se reconciliaran; por lo que no actuó para que se comunicaran.
Al saber que iban a regresar, Carolina levantó la vista y le preguntó a Rebeca: —Mamá, ¿vienes hoy a casa? —Sin esperar a que hablara, Carolina añadió—: Mamá, hace mu