—Inevitablemente algunos tienen sus quejas, pero no tendrá demasiado impacto —dijo el señor Wilson—. Cuando la empresa tiene un buen proyecto, los accionistas de la empresa, naturalmente, quieren que su gente se una, sin embargo, el señor Lafuente por lo general rara vez arregla gente suya, ahora que lo hizo, el resto tampoco puede decir nada. Además, la familia Mena y la familia Rojas son realmente muy capaces y muy disciplinadas, así que el impacto general no es demasiado grande.

Cristian no sabía qué responder.

No pudo oír más y dijo: —Vale, entonces que disfrutes mucho de la comida con tu familia, ya quedaremos la próxima vez.

Señor Wilson: —Claro.

Cuando el señor Wilson se fue, Cristian le dijo a Rebeca: —Entremos también.

Rebeca: —Sí.

Después de comer y poco después de volver a la oficina, le dijeron de nuevo que Harry había llegado.

Rebeca y Cristian seguían sin tener intención de verle.

Harry no se marchó, y por la noche, cuando Rebeca salía del trabajo y se dirigía al aparcami