Un día para la boda...
La semana había pasado de prisa, Elisa y Robert tenían todo preparado para la gran boda, así la llamaban los periódicos, la consideraban como la boda del año, para Robert ser millonario, empresario, existoso y guapo no era tan emocionante, no le gustaban las grandes fiestas y los lugares muy concurridos, odiaba la prensa amarillista y sus descaradas oportunidades de aprovecharse de él para sacar artículos y noticias falsas
Robert estaba dormido pero en sus sueños apareció Elisa con un vestido de novia.
- Ven mi amor.
Elisa le sonreía y lo esperaba con ansias. Robert estaba inmóvil, sin poder moverse. Quería ir con ella pero su cuerpo no respondía.
- Te extraño mucho.
Robert alza su brazo para que ella venga a él. Elisa sonríe pero se queda parada, sin moverse.
- Yo también te extraño.
Robert siente una lágrima salir.
- ¿Estás viva? Dime que sí, volveremos a estar juntos, como antes.
Elisa le da la espalda.
- Ella es el impedimento.
Robert se acerca