Elisa está acostada en la cama colocándose crema en la piel. Había pasado toda la tarde preocuoada por Robert, no sabía nada de su paradero y ni siquiera le había mandado un mensajde texto o una llamada.
- ¡Ahhh!
Grita y lanza la crema al piso enojada. La puerta suena y se abre. Elisa se aquieta. Robert entra y no le dirige la palabra.
- ¿Donde estabas?
Robert suspira y se quita los zapatos.
- Fui a la playa.
Elisa se levanta y lo reta.
- ¿Con quién?
- Solo.
Robert camina hacia el baño pero Elisa lo detiene de un halón.
- ¿Por qué me dejaste sola todo el día? Estamos en nuestra luna de miel.
Las palabras retumban en la mente de Robert.
- Elisa, estoy muy cansado, quiero darme una ducha y dormir. ¿Puedes entender eso?
- ¡No! ¡No entenderé por qué actúas como si me tuvieras asco! ¡Tú disfrútabas del sexo conmigo antes! ¡Ahora ni siquiera me miras a la cara!
Elisa toma con ambas manos el brazo de Robert. Él los toma y se suelta.
- No quiero berrinches. No ahora, por favor.