Narra Tatiana
En algún
lugar de Brasil...—¿Hiciste lo que te pedí? —pregunté histérica al hombre que estaba en la otra línea.
—Si señorita Tatiana, Fortein ya no es problema para nosotros —no pude evitar sonreír ante su afirmación.
Un problema menos, quedan dos.
—Bien, Doger se encargará de tu pago —dije colgando la llamada.
—¿Qué has hecho?