Capítulo 129.
En el hospital buenaventura, Miranda se encuentra mirando el horizonte por una ventana y esta le muestra la magnitud del mundo, es como una burla para ella.
En este momento se siente como un ave encerrada en una jaula de cristal.
— ¿Madre?— pregunta con un tono suave— ¿cuánto tiempo estará mi padre así?
Luisa que en todo momento se encuentra atenta de los pocos movimientos que hace su hija desde que llegó a la habitación, se acerca a ella y la abraza manera protectora.
— Realmente no lo sé hija, tu padre en este momento es un paciente al que solo hay que cuidar y esperar…
— ¿Esperar?— dijo Miranda interrumpiéndola— ¿Cómo pasó? ¿Cómo puede ser que de no estar en el país haya pasado mágicamente a estar a un hospital?
La mirada de Miranda estaba perdida en sus pensamientos, su tono de voz era bajo y distante como si fueran pensamientos en voz alta, no realmente a una conversación.
Luisa quien ya había pensado qué decir en caso de ser cuestionada por la policía o por su hija inició su tan