CARISSA BRITOS
Los días transcurren con lentitud mientras pienso en ir o no al club. En verdad estoy dudando porque no quiero parecer desesperada para ir cada semana, pero con gusto lo haría.
Decidí ir, pero Marina fue hospitalizada por algunos dolores intensos y no podía abandonarla en ese momento. Él club y el hombre más hermoso podría esperar.
Me quedé algunas horas cuidándola porque su prometido no había dormido nada y ella lloraba porque él la acompañaría en la salud y en la enfermedad. No quería ser una pésima amiga y reírme, pero sus hormonas la tienen tan sensible que me resulta divertido.
-Eres una amiga horrible- Me dice
-No lo soy. Te quiero. Ya verás que todo estará bien- Me da la mano y vuelve a llorar
-Tengo miedo. Necesito que esté bien, ¿Por qué me duele?- Entiendo su preocupación y quisiera poder responderle pero no sé que decir
-No lo sé. Estás siendo atendida y tienes que ver al médico de nuevo. Todo estará bien, ya lo verás- Intento darle segurid