corazón roto.

—No sabes nada de mí. ¿Piensas que jamás me he enamorado?

—¿Por qué dices eso? Si yo no he mencionado nada de amor, ¿Y a qué viene ese tema con este? —me cruzo de brazos para tratar de entender lo que quiso decir—. Umm ya entiendo. No te lo tomes a mal por lo que te acabo de decir, pero debes aprender a respetar a los demás y sobre el romance que tenga con otras no es de mi incumbencia. Ese asunto se lo puede reservar, nadie tiene que saber lo que le ocurre a usted o no.

—Tal vez no te conozca, pero eres una chica ruda y no te dejas de nadie, te sabes defender a la perfección —me suelta y se tira al suelo con la cabeza entre las piernas, empieza a llorar de nuevo.

No puedo creer que el hombre que tenía hace un instante frente a mí se haya derrumbado por completo, debe ser que mis palabras lo lastimaron o el dolor que lleva en el alma es tan grande que no lo puede ocultar.

Él pronuncia —El demonio que llevo por dentro no me deja dormir, quiero apaciguar las llamas de este incendio que cada día me va consumiendo lentamente, es muy difícil vivir con el recuerdo de la traición, se me hace imposible controlar el deseo de la destrucción —Susurra—. Ahora, dime ¿Qué es lo que ves a través de mis ojos?

Levanta la cara, veo a través de ellos, tiene una furia mezclada con tristeza y odio. Al parecer ha sufrido mucho en el pasado.

《¿Será que fue un mal amor o engaño? 》

《¿Quién sabe?》 

Solo él y su pasado saben lo ocurrido en su vida. No sé cuál fue la causa para que se volviera frío y amargado para que no dé paso a la felicidad.

Me duele el corazón porque ambos hemos sufrido de diferente manera y aprendido del pasado, no sé cuál sea su historia. Pero la vida es bonita y se debe disfrutar de cada momento porque el tiempo se va y no regresa. Él me ve y sus ojos piden a gritos el deseo de tener paz, después de un rato desvía la mirada para que no me dé cuenta de que quiere llorar.

—Mira niña tonta. Sé muy bien lo que te estás imaginando, puedes juzgarme si quieres, pero jamás voy a cambiar mi forma de ser.

—Susurro —¿Qué me vas a hacer? ¿Me vas a pegar o qué? No te tengo miedo.

—nunca le he alzado la mano a una mujer, ahora respóndeme ¿Estás segura de no tenerme miedo? ¿Alguna vez alguien te ha hecho daño? —me hace varias preguntas sin verme a los ojos.

—Le respondo apoyada en la puerta —puede ser que sí tenga un poco de miedo a toda esa ira que tienes en este instante. Puedo decir que sí pasé por una situación donde mi propia familia me lastimó de tal manera que me fui de la casa.

Él me mira esperando otra respuesta, no sé qué quiere saber de mí o a que quiere llegar. Una cosa sí sé y es que no le daré detalles de mi historia.

—¿Nunca has sufrido por un novio? —mientras hace esa pregunta se sirve un vaso de agua.

—No, no sé qué siente que el amor de tu vida te lastime y te deje por otra persona —me pongo a ver por la ventana los edificios que están del otro lado—. Si me dejas darte un consejo. Es que no lastimes a las chicas por tener el corazón roto, ellas no merecen que juegues con sus sentimientos o que solo utilices sus cuerpos a tu antojo —hago una pequeña pausa para poder respirar —Además, no me das miedo, porque el muro que tenías con otras fue derrumbado ante mí. Sacaste todo lo que sentías, te desahogaste y no te juzgo por ser así.

—Como te acabo de decir, cada persona tiene un oscuro pasado, hay unas que viven de los recuerdos y otras que intentan olvidar para ser feliz, pero tú decidiste confesar lo que tenías en tu corazón y eso es un gran avance porque has confiado en una persona desconocida, Ahora depende de ti si quieres darle un giro interesante a tu vida.

Me tiende la mano para que lo ayude a levantarse, lo ayudo a levantarse y estando de pie me lo agradece. No puedo negar que es un poco amable, aunque sea grosero. Por lo que veo es un hombre rudo, controlador, y dominante, pero no voy a caer ante los encantos de su mirada. Quiero descifrar y saber cuál es su punto débil, no es para aprovecharme, sino para saber a qué me enfrento y llevarle la contraria.

Esta conversación fuera de lugar me pone de malas y ya no quiero estar más aquí. Así que retrocedo poco a poco para ir a la salida sin dejar de mirarlo, pero él camina al unísono. No sé qué hacer, estoy muy nerviosa, doy pasos más largos y él me sigue, me golpeo la espalda con la perilla de la puerta.

—¡Ay! —me duele un poco la espalda y todo por culpa de él—. No me veas de esa manera, como si quisieras atrapar a tu presa.

—No se dé que hablas, solo quería guiarte a la salida —replica con una ceja levantada. Al parecer se está burlando de mí —. ¿Te lastimaste? —me pregunta con una pequeña sonrisa.

Me tiene contra la puerta, se inclina un poco hasta llegar a mi cuello, poniendo sus manos en cada lado para que no me escape; mis pulsaciones están a mil por horas, respiro con dificultad. Nunca un hombre ha invadido mi espacio personal.

《 ¿Y si me besa? 》

Qué es lo que estoy diciendo. Detrás de mí escucho la puerta, cerrarse, bajo la mirada y él se mete una llave en su bolsillo; trato de abrir la puerta con todas mis fuerzas, pero es imposible, ya que él tiene la llave.

《 ¿Qué acaso él está loco? 》 

《 Por qué razón querrá retenerme aquí 》

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